Guantánamo. – El 10 de abril de 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC). Su objetivo principal era lograr la independencia de Cuba del imperio español y de ese modo coordinar, dirigir y llevar a cabo la Guerra Necesaria.
Así concluyó el proceso que había comenzado unos s meses antes cuando se habían aprobado las bases y estatutos secretos de la organización, en Cayo Hueso.
Su objetivo no era solo militar, sino que también buscaba la creación de las condiciones político-ideológicas que garantizaran valores de la futura república cubana.
Sobre sus características, Martí explicó en el Periódico Patria, su órgano oficial, que el término partido estaba alejado de significados como bando o secta: “…y a la palabra partido se amparan, para decir que se unen en esfuerzo ordenado, con disciplina franca y fin común, los cubanos que han entendido ya que, para vencer a un adversario deshecho, lo único que necesitan es unirse.”
Para lograr lo anterior resultaba esencial incluir los intereses y características de los diferentes grupos de emigrados, así como de los diversos elementos integrantes de la sociedad cubana, a fin de crear, en un futuro, una república sin predominio de clase social alguna y de carácter popular.
El PRC tenía una explícito tendencia antiimperialista reflejada en el objetivo de impedir la expansión de los Estados Unidos hacia el sur, “… sobre nuestra tierras de América…”
Igualmente resalta su condición latinoamericanista, estampada en el Articulo número 1 de sus Bases donde convoca a reunir los esfuerzos de todos los hombres de buena voluntad para lograr la independencia absoluta de Cuba, y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico.
El PRC mantiene su vigencia como legítimo precedente del Partido Comunista de Cuba (PCC), rector de la Revolución Cubana.
En una alocución realizada en Camagüey en 1973, Fidel Castro señaló que el PCC «es la unión de todos los revolucionarios, de todos los patriotas para dirigir la Revolución y para hacer la Revolución, para cohesionar estrechamente al pueblo.»
La coincidencia de principios mantenida a lo largo del tiempo y que pervive hoy con el PCC, descuella como ente defensor y continuador de los ideales del Apóstol.
En los 59 años de Revolución, Cuba, bajo la conducción política del PCC ha enarbolado el principio de la solidaridad internacionalista y latinoamericanista con un accionar a favor de los pueblos de Nuestra América y en ese contexto ha mantenido el irrestricto apoyo a la causa del pueblo puertorriqueño por su independencia.
De modo que el precepto martiano de una República con todos y para el bien de todos, mantiene su vigor en el contexto actual a través del claro manifiesto del Partido Comunista de Cuba de impulsar el desarrollo de un socialismo próspero y sostenible, destinado a mantener las conquistas sociales alcanzadas.