En los últimos meses el desempleo llegó a su nivel más alto en EE.UU. desde la Gran Depresión, en la década de los años 30 del siglo pasado, según la Oficina de Estadísticas Laborales de ese país. Expertos aseguran que la pandemia ha sacado a la luz la explotación de los trabajadores y el olvido de los derechos laborales, sobre todo de las mujeres.
Según cifras recientes, se han reportado al menos 17 700 casos de COVID-19 entre los trabajadores de 216 plantas de carne y procesadoras de alimentos de todo el país por falta de condiciones adecuadas de protección.
La pandemia ha mostrado que existe una «capa de personas que explotan al trabajador como se hacía en el periodo de la esclavitud en Estados Unidos», afirmó Ricardo Salvador, científico mexicano que dirige el Programa de Alimentos y Agricultura de la Unión de Científicos Preocupados (ucs), una entidad sin ánimo de lucro, fundada en 1969 por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
«Son trabajadores explotados, no tienen seguros y contagian a sus prójimos. Es una situación desesperada», denunció Ricardo Salvador en una entrevista a EFE.
Por otro lado, las organizaciones de defensa de los derechos humanos han revelado que la mano de obra inmigrante, en su mayoría trabajadoras domésticas, jardinería, empleados de hoteles, restaurantes, entre otros, no cuentan con los beneficios, como establece la ley, y sus salarios en ocasiones están por debajo del mínimo, refiere Hispantv.
Según el Departamento del Trabajo, el desempleo entre los trabajadores negros llegó a un 16,7 %, a un 18,9 % en los hispanos y a un 14,2 % entre los blancos.
La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos reporta que, de los empleos perdidos en mayo, junio y julio, el 55 % pertenecían a mujeres.
Las mujeres afroamericanas están en un 16,4 % de desempleo, mientras que las hispanas están en un 20,2 %.
Además, ellas enfrentan una brecha salarial de género en el país norteño, donde obtienen alrededor de 80 centavos por cada dólar que ganan sus compañeros de trabajo.
Si se tiene en cuenta que la falta de empleo trae como consecuencia otros problemas, como la pérdida del seguro médico, no es difícil vaticinar lo complejo que se presenta el futuro para los trabajadores.
No anda nada bien el «paraíso» yanqui; a los problemas estructurales propios del capitalismo estadounidense, se une la desgracia de la pandemia, que ha puesto en tensión las junturas, siempre difusas, del imperio.
Mientras, la administración que encabeza Donald Trump gasta 92 200 000 dólares, de los 740 000 millones designados al Pentágono, en modernizar un tanque Abrams, el m1a2 sepv3, y destina tres millones de dólares para calumniar a Cuba. Nada, cosas del sistema.
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