Otro 26; otra Victoria

Guantánamo.- Este 26 de noviembre, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Cuba volverá a presentar una Resolución condenatoria del criminal Bloqueo económico, comercial y financiero que enfrenta desde hace más de 50 años, y de seguro obtendrá otra contundente victoria de la comunidad internacional.

No hay ninguna razón, ni histórica ni ideológica-política, que justifique una medida de este tipo, en un contexto histórico de fracaso de los planes imperiales por reconquistar el dominio de Cuba, y en un momento de creciente tendencia a normalizar las relaciones entre ambos países.

El impacto de esta medida, iniciada formalmente por los Estados Unidos en 1961, al retirar su embajador de La Habana, y consolidada en febrero de 1962 a través de la Proclama Presidencial, 3447, firmada por Jhon Kennedy, ha provocado grandes afectaciones para la población, y para todos los sectores de la economía y la sociedad.

Los orígenes reales del bloqueo se remontan a 1959, pues la Revolución, que se anticipaba como la más profunda de todo el continente, empieza a recibir bastante tempranamente amenazas de intervención de grupos armados y financiados por los Estados Unidos, así como represalias de carácter comercial asumidas, por ejemplo, un año después con la suspensión de la compra de azúcar y tabaco cubanos.

Ahora, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, al final de su mandato quita algunos ladrillos al bloqueo, pero, de igual manera, multa con cifras millonarias a las empresas de otros países que comercian con Cuba y les tiende un cerco de persecución inaceptable.

“Sin embargo, todavía queda un enorme espacio para que el presidente de EE.UU. pueda ejercer sus prerrogativas. Más temprano que tarde el muro del bloqueo se va a derribar”, insistió, Josefina Vidal Ferreiro, Directora General de la Di­rección de Estados Unidos de la Can­­cillería cubana, en dialogó con los jóvenes como parte de las actividades de la jornada, Avis­pero contra el bloqueo

El bloqueo es inaceptable política y moralmente. Sus objetivos han sido derrotados y le ha correspondido al gobierno y pueblos cubanos, bajo el liderazgo de Fidel Castro, y ahora con Raúl Castro, cosechar victoria tras victoria. Esta medida criminal y genocida en pleno siglo XXI debe ser levantada.

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