Autor: Quiusmany Paz Cueto//Foto: Abraham Gamboa
Osmel Estrada Quiala es de esas personas que poseen dominio total de los procesos televisivos; su actuar diario denota la sensibilidad, la profundidad de sus conocimientos y su habilitación en varias especialidades artísticas (primer nivel asistente de dirección, guión y dramaturgia, edición, producción, sonido y diseño de luces).
Quienes pretendan adentrarse en el mundo de los medios audiovisuales en Guantánamo, deben escuchar detenidamente sus explicaciones, nacidas del estudio y la experiencia. En estos momentos, aún a sus 64 años, se desempeña como Jefe del Departamento de Programación del Multimedio Solvisión.
“Nací en 1959, en pleno triunfo de la Revolución, proceso hermoso de transformación que vivió Cuba. Pertenezco a esa generación que disfrutó una etapa bella; ver hoy más allá de las carencias, a la juventud que se ha formado y se forma, me reconforta al saber que el futuro está asegurado.
“Soy hijo de una mujer doméstica, que trabajaba en la Base naval yanqui, en la bahía de Guantánamo, y estaba encargada de la atención a un alto oficial norteamericano. Mi padre era obrero del central azucarero Manuel Tames; a ambos les agradezco mi formación y en especial mi educación.
“Cuando visitaba el ingenio siempre llamaban mi atención los cañaverales, el olor característico de la miel, el vapor que desprendía aquella industria, pero lo que más disfrutaba era visitar a mi abuela, ella, de descendencia francesa, insistía en que aprendiera el idioma de sus ancestros y ampliara mi cultura.
“La relación con la familia Boti a través de Guaní, quien era la nana y las visitas constantes a esa casa, aquellos libros, las pinturas, los juegos en el enorme patio, marcaron para siempre mi personalidad y el amor por la cultura y en especial por la lectura”, cuenta Estrada Quiala.
¿Cómo valora la producción televisiva actual en la provincia? ¿Cree que ha disminuido la calidad de las propuestas que hoy tiene la parrilla?
Hoy se hace un gran esfuerzo, son muchas las carencias, pues los procesos televisivos requieren para su producción de una gran cantidad de recursos de todo tipo con los que no siempre contamos, pero de algo puede estar seguro el pueblo guantanamero: entregamos todo cada día por satisfacer sus necesidades informativas, culturales y recreativas que son nuestra razón de ser.
La parrilla está pensada para una diversidad de público televidente en la que se tiene en cuenta los intereses por grupos etarios, dándose tratamiento a las políticas públicas y sus impactos en la población, hoy nuestra mayor insatisfacción es no contar con un programa dirigido a la juventud guantanamera.
El desarrollo tecnológico vertiginoso que ha experimentado el mundo ha tenido un alto impacto en las formas de realizar la televisión contemporánea ¿Para usted se hace hoy una mejor televisión que hace treinta años?
Naturalmente, el desarrollo tecnológico ha impactado fuertemente para bien la producción televisiva a nivel mundial y nosotros no hemos estado ajenos a ese fenómeno, desde lo estético o la forma han sido los mayores cambios, el contenido y su transformación es el mayor reto, está demostrado que usted puede tener a su disposición lo último en tecnología, pero saber contar con la ejecución artística, es lo primordial para mí.
Las jóvenes generaciones son mejores que nosotros, tienen mayores herramientas a su disposición, cuentan con los que tenemos alguna experiencia acumulada constantemente a su disposición, se hace mucho más televisión y en mi criterio, que soy de los que cree en el futuro, pienso que se hace mejor hoy en día en comparación con treinta años antes.
Los telecentros fueron creados por iniciativa del Comandante en Jefe. En la actualidad los retos de las televisoras comunitarias son enormes. ¿La televisión hoy en Guantánamo cumple la misión para la que fue creada?
Nos falta mucho por hacer todavía, más aun en una era de convergencia y desarrollo de un ecosistema en el que confluyen varios medios o plataformas de comunicación, pero hay que decir con todo orgullo que hemos cumplido con creces la misión que nos encomendó el Comandante y la seguiremos cumpliendo ahora con nuevos métodos y convertidos en Multimedio.
Por cierto, conocí en persona a Fidel, en una visita a un campamento pioneril en Varadero, la expectativa por su presencia era algo increíble. Compartió con nosotros como uno más. Recuerdo como si fuera hoy el momento en que puso sus enormes manos sobre mi hombro y me dijo: Oye ojos verdes, cómo están las cosas; yo respondí nervioso: Soy de Guantánamo. Ese intercambio no lo olvidare jamás.
La amistad del escritor colombiano Gabriel García Márquez con Fidel y sus viajes frecuentes a Cuba permitió que varios cubanos tuvieran la posibilidad de compartir con dicha figura. ¿Cómo conoció usted al Gabo? ¿Qué impresión le causó?
En el año 1989 mientras cursaba Dramaturgia y Guión en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, tuve la oportunidad de conocer al notable escritor de Cien Años de Soledad. La impresión fue increíble, pues era pura sencillez. Podías dialogar con él de forma diáfana, Aprender en sus talleres sobre cómo hacer guiones para audiovisuales, fue una experiencia única.
La implementación de un experimento para la transformación Editorial, Económica y Tecnológica en algunos medios de prensa del país entre los que se encuentra el Telecentro Solvisión ha generado opiniones diversas entre el gremio. ¿Qué piensa usted de este tema?
Precisamente esta ha sido una de las medidas experimentales que el país ha adoptado para alcanzar mayores niveles de desarrollo editorial y tecnológico en los medios seleccionados, a través de una nueva forma de gestión económica. Trazar nuestro propio destino es el llamado que nos hace la dirección del país hoy, esto sin perder la esencia para lo que fuimos creados, pienso que es una gran oportunidad que debemos aprovechar al máximo.
Las nuevas generaciones de artistas necesitan tener referentes como usted. ¿Qué mensaje les envía a los jóvenes? ¿Cómo quiere ser recordado?
A las nuevas generaciones solo les pudiera decir que amen lo que hacen, que el verdadero artista no puede respirar o existir si no logra expresar esa inquietud, don, o como quieran llamarlo que lo diferencia del resto de los seres humanos, haciéndolos excepcionales, que a esa virtud como nos decía el maestro debemos darle la utilidad requerida, siempre por el bien común y mayoritario de nuestra sociedad.
Que me recuerden como una persona sencilla, dispuesta a trasmitir a las nuevas generaciones mi experiencia y mis conocimientos y como alguien que amó profundamente el arte, la cultura y en especial a la televisión.