Guantánamo.- La violencia no es ni será nunca la respuesta a la solución de los conflictos, es el arma de los cobardes, los necios, los que usan el apego como justificación. La violencia contra la mujer es, si se puede aún, mucho más cuestionable, porque de la mujer, nace la vida.
La forma más definitiva para expresar este flagelo social son los feminicidios, una figura de delito reconocida internacionalmente.
El feminicidio o femicidio se define como el «asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia».1 El concepto define un acto de máxima gravedad, en un contexto cultural e institucional de discriminación y violencia de género,2 que suele ser acompañado por un conjunto de acciones de extrema violencia y contenido deshumanizante, como torturas, mutilaciones, quemaduras, ensañamiento y violencia sexual, contra las mujeres y niñas
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Cada vez que ocurre un hecho de esta naturaleza nos confirma que como familia, como individuos, como sociedad, como sistema educativo, que persigue la igualdad y el empoderamiento femenino en toda su magnitud, nos queda un camino largo por recorrer. Así lo reafirma el siguiente comentario que le ofrecemos en video.
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