El coordinador de la ONU para las Actividades Humanitarias en los Territorios Palestinos Ocupados, Robert Piper, visitó la comunidad cisjordana de Khirbet Tana, donde hace apenas unos días las demoliciones israelíes dejaron 87 desplazados.
Según una nota de prensa, los ocupantes destruyeron 53 estructuras, entre ellas 22 viviendas, varias de las cuales habían sido entregadas por donantes en respuesta a anteriores demoliciones.
El 23 de marzo, autoridades israelíes derrumbaron casas palestinas en Khirbet Tana por tercera vez este año, acción que dejó decenas de niños sin hogar.
Se trata de una de las comunidades más vulnerables de Cisjordania, dijo el funcionario de Naciones Unidas, quien consideró que una violación tan elemental de los principios humanitarios no debe pasar inadvertida, porque transgrede las leyes internacionales.
Piper recordó que Khirbet Tana se ubica en una zona de la ocupada Ribera Occidental que Israel declaró “zona de fuego” y de “entrenamiento militar”.
Desde 1970, Tel Aviv emplea esa categoría para el 18 por ciento del territorio, aunque la inmensa mayoría de las áreas ya no se utilizan para entrenamiento, advirtió.
Las comunidades que Israel destina a sus programas militares presentan un alto riesgo de demoliciones y desplazamiento forzado.
