Octubre ciclónico

Octubre ciclónicoGuantánamo.- Las primeras jornadas del décimo mes del año comienzan con abundantes precipitaciones en varias zonas de la provincia de Guantánamo, incluyendo la capital provincial, donde los aguaceros son bienvenidos y benefician los embalses y la agricultura en particular.

El mes de octubre, por lo general, es de los más lluviosos en Cuba y, por supuesto, en  la región oriental. De igual manera resulta el período de mayor peligro de que azote un organismo tropical, huracanes de gran intensidad u otros al archipiélago cubano.

Precisamente entre los días 4 y 5 de octubre, de 2016, el huracán Matthew se ensañó con el extremo más oriental del país, sobre todo en los municipios de Baracoa y Maisí, y causó daños materiales considerables al fondo habitacional, entidades estatales, y también a la flora y la fauna de la región.

Se acerca el año del devastador paso de ese fenómeno meteorológico por nuestro territorio, que a pesar de su intensidad no pudo ocasionar pérdidas de vidas humanas gracias a las medidas adoptadas por la Defensa Civil para resguardar a la población.

Sin embargo, en el mes de octubre han afectado al territorio de la mayor de las Antillas otros huracanes intensos que, igualmente, devastaron las zonas por donde transitaron.

Desde el año 1959, el más recordado por los numerosos estragos que ocasionó fue el Flora, que azotó entre los días 4 y 8 de octubre de 1963, particularmente en la región oriental, con torrenciales precipitaciones e inundaciones de gran proporción que causaron más de mil 200 muertos, constituyendo la segunda catástrofe natural en magnitud en el país.

Otros huracanes de gran intensidad azotaron en este mes a la región occidental en años lejanos como en 1846, donde la denominada Tormenta de San Francisco de Borja, devastó La Habana y regiones aledañas.

Según estadísticas, el mes de octubre es el de mayor peligro para el archipiélago cubano en cuanto al azote de un huracán. Solo basta con señalar que del año 1800 a la fecha, 36 huracanes han azotado al territorio nacional, de ahí que la alerta debe permanecer encendida.

El país está inmerso en las arduas tareas de recuperación de las secuelas del poderoso huracán Irma, que dañó más de 158 mil viviendas, entre innumerables daños a la agricultura, los viales e infraestructuras económicas y sociales.

Ante estas realidades y la activa temporada ciclónica en áreas del Atlántico y el caribe, no queda otra de prepararnos mejor para enfrentar los embates de la naturaleza y cumplir siempre las medidas de la Defensa Civil para cuidar la vida, ante todo, porque lo material puede recuperarse.

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