Guantánamo.- Primero de Enero de 1959, una fecha que marca la vida de todos los cubanos. Nosotros, los de mi generación y las posteriores que no habíamos nacido entonces, recibimos un legado histórico, el mismo que aprendimos a defender en el día a día.
Y es que el advenimiento de cada nuevo año está indisolublemente ligado en Cuba al aniversario de un movimiento revolucionario que en sus seis décadas sigue dictando el rumbo de la vida de los nacidos en esta tierra de sol, montañas, playas, tabaco, ron y de un elevado sentido de pertenencia también.
Fue el triunfo de la Revolución, liderada por Fidel Castro, la que entregó tierras a los campesinos a través de las leyes de Reforma Agraria, la que convocó a una campaña para erradicar el analfabetismo, la que comenzó la lucha por romper barreras raciales y de toda índole social, incluyendo la de género, sobre la base de la equidad.
La misma que el pueblo defendió en los días de Playa Girón, la lucha en el Escambray y que hizo gratuitos servicios tan vitales como el de la salud y la educación, entre otros, y que ha puesto en alta el nombre de esta pequeña isla con los millones de ejemplos de solidaridad y altruismo haciendo gala, al mismo tiempo, de los ideales por los que vivió, luchó y murió el Héroe Nacional, José Martí.
Es esta isla, deseada desde tiempos ancestrales por potencias de entonces y de hoy, fuente inagotable de rebeldía, de ese amor inagotable por la soberanía que trasciende fronteras y nombres como el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, los valerosos Antonio Maceo, el dominicano Máximo Gómez que marcó el hito del internacionalismo…Entre ellos y otros héroes trascienden Fidel Castro y los valerosos jóvenes de la Generación del Centenario; los que hicieron realidad los sueños libertarios de este pedazo de tierra.
Y fue ese Fidel que vibró en el llano y las montañas de esta Cuba el que reafirmó en los deseos de los nacidos en esta tierra de libertad y soberanía. A él le debemos este espíritu que nos diferencia en el mundo de aprehendernos al pedacito en el que nacimos con fuerzas insospechadas.
Este aniversario 59 del triunfo de la Revolución, el primero con la ausencia física de su líder eterno, Fidel Castro, los guantanameros, celebramos la fecha con la alegría de llegar a un nuevo año inmersos en nueva metas y los retos que quedaron en el camino de la etapa anterior, de llevar hacia adelante una economía próspera y sustentable en la base del sistema social que elegimos y que desde el mismo comienzo ha sufrido los efectos del bloqueo de la mayor potencia del mundo; los Estados Unidos de Norteamérica.
Pero este pueblo, forjado en el calor independentista y en la sangre de los que bañaron el camino de la libertad, celebran la llegada de otro año del triunfo de su Revolución, con el mismo ímpetu y compromiso con el que se festeja en el calor del hogar la llegada de un nuevo año, jornada en la que revisamos la etapa anterior y nos trazamos nuevos retos.