De acuerdo con diversas fuentes, esta nueva oleada migratoria podría agrupar en su viaje por Centroamérica a unas 15 mil personas, muchas de ellas menores de edad.
Este martes desde la terminal de San Pedro Sula, numerosas familias seguirán camino a Guatemala, luego a México e intentarán pasar la frontera con Estados Unidos, que el presidente de ese último país, Donald Trump, insisten en blindar.
El lunes, un primer grupo no decidió esperar a la nueva caravana prevista para hoy e iniciaron su desplazamiento anoche.
El pasado 13 de octubre salió una caravana desde ese mismo punto, luego salieron otras desde ahí y la zona sur del país a las que se unieron migrantes de El Salvador y Guatemala.
En estos momentos, unos dos mil 500 hondureños permanecen en refugios en México, aunque solo poco más del tres por ciento tiene alguna probabilidad de llegar a su destino.
Honduras tiene una tasa de homicidios de 43 por cada 100 mil habitantes, por lo cual es considerado uno de los más violentos del mundo. Las pandillas y el narcotráfico generan una situación de temor que obligan a miles de personas a huir del país cada semana.
Además, a estos fenómenos se suma la pobreza que afecta a más del 60 por ciento de los nueve millones de hondureños.
De acuerdo con denuncias, el alto costo de los alimentos en ese país mantiene el precio de la canasta básica por encima del salario mínimo de algunos sectores.
La pobreza en este país aumentó 1,5 puntos porcentuales entre 2014 y 2017, es decir pasó del 62,8 por ciento a 64,3 por ciento.
En tanto, las autoridades de Guatemala y México siguen con atención la nueva ola de migrantes.