Notable actriz Adela Legrá agradeció en Guantánamo a Fidel y la Revolución

Notable actriz Adela Legrá agradeció hoy a Fidel y la RevoluciónGuantánamo.-  Un ameno conversatorio con público de su natal Guantánamo sostuvo la veterana actriz Adela Legrá, uno de los rostros icónicos de la filmografía cubana quien, entre imprescindibles relatos de su vida y entrada triunfal en el cine, agradeció a la Revolución y evocó a Fidel.

Cuando Humberto Solás me encontró en allá Baracoa, a mediados de los 60, y me eligió para el protagónico de Manuela por mi imagen de campesina joven y ruda, yo ni lo busqué ni me lo creí, era una guajirita ingobernable que con quien único sentía compromiso era con Fidel y la Revolución, dijo la septuagenaria artista en la Casa de la Cultura de la Villa del Guaso, con la misma penetrante mirada que antes atrapó un país.

“Trabajaba entonces como activista de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), en todo lo que hiciera falta para apoyar los justos propósitos del flamante gobierno -apuntó-, ya en el pasado había sufrido mucho, tuve una niñez y adolescencia dura, acogida por una familia que no era de sangre me crié entre “señoritas” y sufrí los prejuicios hacia la gente pobre en el capitalismo”.

La dueña del rostro campesino bello y recio a la vez, que se convirtió en leyenda de la cinematografía nacional, nació en La Zona, un pequeño e intrincado sitio del poblado de Puariales de Caujerí, y a partir de los siete años comenzó a residir en Caimanera, también región guantanamera, de donde recuerda los desmanes de la base naval estadounidense enclavada allí.

Los marines yanquis habían tomado el lugar como zona de tolerancia, su irrespeto y prepotencia hacia los naturales era indignante, argumentó Adela a la vez que fustigó la permanencia aún del enclave en territorio ilegalmente ocupado, y desde donde se perpetraron acciones violentas contra la Cuba revolucionaria -rememora-, incluido el asesinato de varios jóvenes y trabajadores.

En su plática este viernes en Guantánamo, invitada a la V Jornada de Cine Andante de la AHS, la expresiva actriz calificada de “apoteosis de cubanía” por Humberto Solás, se refirió además a su agradecimiento a este notable cineasta, a quien conoció cuando ella apenas tenía un segundo grado, y confiesa ahora asoció con nombre de persona las siglas de la industria cubana de cine.

No fue hasta hacer la tercera historia del filme Lucía (1968), también con Solás -detalló a los presentes-, que tomé conciencia de que quería ser actriz, pero entretanto, tras estrenar Manuela en La Habana volví al campo y cuando Fidel convocó a las mujeres a plan agrícola en el II Frente, hacia allá me fui con la FMC, y más tarde coincidí con él allí, quien me habló de estudiar.

Había llegado a esa zona el líder de la Revolución a evaluar los daños de un ciclón, Inés si mal no recuerdo -apuntó Adela-, y preguntó por mí y no lo creí, y cuando me abrazó pensé que me iba a desmayar de emoción, y dialogamos de superación, me sugirió carreras de magisterio o de la salud, y le dije que quería estudiar arte.

El intercambio este viernes en Guantánamo con aquella guajirita cuya imagen, con sombrero de yarey, recorrió el mundo y se convirtió en emblemática del cine cubano, preludió aquí la exhibición del documental Manuela, el rostro rebelde del cine cubano”, dedicado a ella por el realizador Manuel Jorge, y estrenado en abril durante el Festival de Gibara, donde fue galardonada, junto a otras importantes figuras, con el Premio Lucía, instituido este año.

Pero antes, en la céntrica Casa de la Cultura de la Villa del Guaso, el conversatorio con varias generaciones de guantanameros sin preverse devino homenaje a Fidel, víspera del primer aniversario de su desaparición física, y entre el público emergieron cantos y vivas al eterno Comandante en Jefe, y Adela enjugó lágrimas.

 

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