Ni extinguible ni deleznable

El Partido Revolucionario Cubano y el Partido Comunista de CubaGuantánamo.- No sé por qué hoy yo pensaba en algunos cercanos que ya no están físicamente Pronto supe la noticia. Norberto, el chofer cortés, uno de los que ejerció ese oficio por más tiempo en la sede del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Guantánamo, dejó de existir físicamente.

Consternación, tristeza y compromiso se mezclaron en mi mente… y escribo, para todos los que dedicaron o consagran parte de su vida a la organización de vanguardia de los cubanos.

El 10 de abril de 1892, al fundar el Partido Revolucionario Cubano (PRC), José Martí resumía: “Nació uno de todas partes a la vez. Y erraría, de afuera o de adentro, quien lo creyese extinguible o deleznable”.

El Apóstol de la independencia avizoró que solo la unidad de todas las fuerzas conllevaría al triunfo final y acentuaba: “(…) si inspiramos hoy fe, es porque hacemos todo lo que decimos”.

El único Partido fundado por Martí, fue creado para alcanzar la liberación nacional. De ahí que se proclamara, desde sus inicios, como partido nacional, con amplia democracia, como frente único por la independencia, en el que se agruparan “todas las fuerzas vivas de la patria”.

Ese partido no solo organizó la insurrección, sino que también se propuso tareas para cumplir después de lograda la independencia: fundar la república justa, donde la ley primera fuese “el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.

Para Martí lo más importante no era la cantidad de miembros, sino su disposición, amor patrio, empuje, honradez y disposición para el fin supremo que se defendía.

Conceptos tales, acopió Fidel Castro para aprovechar desde el inicio de la última etapa insurreccional la disposición de las organizaciones políticas existentes, a decir, l MR-26-7 (la de vanguardia), el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular (PSP), lideradas y unificadas como fruto de su estrategia político revolucionaria.

En agosto de 1959, Fidel exponía: “Tenemos que crear un Órgano Político que sea capaz de reunir, en él, a todas las organizaciones revolucionarias, a todos los que deseen luchar por la Revolución y, sin exclusión alguna, darles oportunidad de luchar a todos unidos a nosotros, por el futuro de nuestro pueblo y de su Revolución”.

Así se sentaban las bases ideológicas y organizativas para la constitución de un Partido único, que por legado martiano, principios y en correspondencia con las circunstancias nacionales e internacionales en que se desenvolvía Cuba, sería garante de la unidad de todos los revolucionarios y garantía de la continuidad histórica.

El Partido no creó a la Revolución, él es el fruto más genuino de ella.

Su tránsito por varias etapas, tuvo momentos significativos tales como la declaración del carácter socialista de la Revolución cubana, el 16 de abril de 1961, paso decisivo para la unidad orgánica e ideológica, que definió la esencia del partido político, representante de los intereses de la inmensa mayoría: obreros, campesinos, intelectuales y otros sectores sociales, hacia la construcción de la sociedad que se proclamó aquel día, la cual marcó la fecha simbólica de constitución del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Otro momento crucial fue el 3 de octubre de 1965, fecha de la adopción del nombre que le correspondía por sus objetivos y fines: Partido Comunista de Cuba. La constitución de sus organismos superiores, el Comité Central y Buró Político, así como el logro de otros importantes acuerdos.

Luego la realización de su Primer Congreso, en 1975, culminó el proceso de su formación histórica y creación de las estructuras partidistas actuales, con los cambios lógicos acaecidos a través del tiempo.

Fidel se convirtió en su principal artífice y dirigente. En la medida que avanzaba el proceso de construcción de la vanguardia política, (Organizaciones Revolucionarias Integradas, Partido Unido de la Revolución Socialista y Partido Comunista de Cuba), el líder de la Revolución sintetizó los antecedentes del PCC, su ideología, principios de dirección y organización, necesidad histórica, su papel, así como aportó un método idóneo para la selección de la cantera de la cual se nutriría el Partido, basado en la consulta con las masas; insistió en que sería un Partido de selección y no de elección, que tiene como premisa la calidad por encima de la cantidad.

Desde su génesis, la organización rectora del Sistema Político Cubano se ha fortalecido con los aportes fidelistas a la teoría política del Partido Marxista Leninista.

El Partido Comunista se ha erigido como la vanguardia organizada de la nación cubana, la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que ha organizado los esfuerzos comunes hacia los fines de la construcción del socialismo, misión refrendada jurídicamente y avalada por la práctica histórica en cada Congreso Partidista.

 

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