Guantánamo. - "Hubiera preferido ser hombre" "¿Por qué no nací varón?" Esas ideas pasaron por mi mente durante cada una de las etapas de mi vida. En la niñez pensaba que ellos gozaban de más libertad para desandar, sentarse con las piernas abiertas o incluso montar bicicleta. En la adolescencia la diferencia parecía ser aún más marcada. Los chicos lo tenían más fácil pues los cambios en su cuerpo, aunque evidentes, no incluían cólicos menstruales o almohadillas sanitarias. Llegué incluso hasta a preguntarme el porqué de tanto castigo para el llamado "sexo débil". Más allá de la Universidad, e incluso en la vida laboral, continuaron las preguntas: ¿Por qué somos medidas con una vara diferente? ¿Por qué tengo que ser mamá para sentirme realizada? ¿Por qué la "liberación sexual" no significa lo mismo para mujeres que hombres? No sé equivoquen, no escribo desde la esclavitud de un matrimonio o una familia patriarcal. Pero estoy segura de que muchas se verán reflejadas en estás letras, producto de una sociedad que continúa promoviendo un modelo androcentrista. En Cuba el machismo no está legalmente respaldado - como si puede afirmarse de otras naciones del mundo donde la mujer es considerada un bien, un objeto asexual o incluso una maquinaria reproductiva que no tiene siquiera derecho sobre su propio cuerpo - en algunos países de África aún se practica la mutilación femenina y en Argentina es un logro reciente el aborto legal y seguro -. Cuba tiene muchas razones para celebrar, con alrededor del 50 % de sus mujeres en cargo de dirección, con una amplia representación en la más diversas esferas de la producción y los servicios, liderando proyectos de investigación de gran prominencia y con una marcada incidencia en la lucha contra la pandemia de la Covid19 - precisamente es ese el tema central de la jornada que en todo el mundo busca crear conciencia sobre los derechos de la mujer-. Pero regresando al inicio de estás letras, actualmente considero un privilegio haber nacido mujer, porque asumimos el dolor como algo natural, porque podemos hacer todo aquello que nos propongamos y aun así emanar la tierna esencia de la vida. "Es mujer, copia feliz de cuánto hay animado y bello y artista es el realce del entusiasmo y la grandeza. (...) Dícese mujer y se adivinan ternuras, abnegaciones, divinas locuras y promesas" Así describió José Martí a las féminas y hay en sus palabras una constante cita con la sabiduría. Es un privilegio ser cubana y haber nacido en un país donde decir mujer es igual que decir Revolución, libertad y lucha, aunque persisten barreras culturales, estigmas y prejuicios que nos toca continuar derribando para que en futuras generaciones nadie tenga que preguntarse ¿Por qué tuve que nacer mujer?

Reflexiones de una Mujer

Mujeres

Guantánamo. – “Hubiera preferido ser hombre” “¿Por qué no nací varón?” Esas ideas pasaron por mi mente durante cada una de las etapas de mi vida. En la niñez pensaba que ellos gozaban de más libertad para desandar, sentarse con las piernas abiertas o incluso montar bicicleta.

En la adolescencia la diferencia parecía ser aún más marcada. Los chicos lo tenían más fácil pues los cambios en su cuerpo, aunque evidentes, no incluían cólicos menstruales o almohadillas sanitarias. Llegué incluso hasta a preguntarme el porqué de tanto castigo para el llamado “sexo débil”.

Más allá de la Universidad, e incluso en la vida laboral, continuaron las preguntas: ¿Por qué somos medidas con una vara diferente? ¿Por qué tengo que ser mamá para sentirme realizada? ¿Por qué la “liberación sexual” no significa lo mismo para mujeres que hombres?

No sé equivoquen, no escribo desde la esclavitud de un matrimonio o una familia patriarcal. Pero estoy segura de que muchas se verán reflejadas en estás letras, producto de una sociedad que continúa promoviendo un modelo androcentrista.

En Cuba el machismo no está legalmente respaldado – como si puede afirmarse de otras naciones del mundo donde la mujer es considerada un bien, un objeto asexual o incluso una maquinaria reproductiva que no tiene siquiera derecho sobre su propio cuerpo – en algunos países de África aún se practica la mutilación femenina y en Argentina es un logro reciente el aborto legal y seguro -.

Cuba tiene muchas razones para celebrar, con alrededor del 50 % de sus mujeres en cargo de dirección, con una amplia representación en la más diversas esferas de la producción y los servicios, liderando proyectos de investigación de gran prominencia y con una marcada incidencia en la lucha contra la pandemia de la Covid19 – precisamente es ese el tema central de la jornada que en todo el mundo busca crear conciencia sobre los derechos de la mujer-.

Pero regresando al inicio de estás letras, actualmente considero un privilegio haber nacido mujer, porque asumimos el dolor como algo natural, porque podemos hacer todo aquello que nos propongamos y aun así emanar la tierna esencia de la vida.

“Es mujer, copia feliz de cuánto hay animado y bello y artista es el realce del entusiasmo y la grandeza. (…) Dícese mujer y se adivinan ternuras, abnegaciones, divinas locuras y promesas”

Así describió José Martí a las féminas y hay en sus palabras una constante cita con la sabiduría.

Es un privilegio ser cubana y haber nacido en un país donde decir mujer es igual que decir Revolución, libertad y lucha, aunque persisten barreras culturales, estigmas y prejuicios que nos toca continuar derribando para que en futuras generaciones nadie tenga que preguntarse ¿Por qué tuve que nacer mujer?

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