Mi adrenalina es ponerme retos

Ella es espigada, como dirían en términos deportivos al referirse a una atleta. Melissa Blanco Déniz, una joven matancera delgada y de ojos claros, se graduó de Periodismo en la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos y fue ubicada en la emisora provincial Radio 26. Allí, además de sus labores reporteriles, rápidamente dejó claro su propósito de trabajar como narradora y comentarista deportiva, a pesar del asombro de algunos.

«Nunca he abandonado el periodismo, ahora estoy como redactora en el Noticiero Nacional Deportivo, del canal Tele Rebelde. Realmente, no es lo que más me gusta hacer; prefiero el periodismo reporteril, aunque en estos momentos realizo ambas labores».

—En la narración deportiva cubana apenas hay mujeres. ¿Qué retos implica el trabajo que haces?

—Las personas aún se están acostumbrando a escuchar a las mujeres que irrumpen en este mundo, lo mismo en Cuba que en otras latitudes. El hecho es que han sido muchos años escuchando solo a hombres y podría decir que a no pocos les crea un ruido. Hay muchas personas que lo ven bien y otras tantas a las que no les gusta.

«No solo influyen las cuestiones asociadas al machismo, sino también el oído, los hábitos de escucha… Ahora es que las mujeres comenzamos en este mundo de la narración y el comentario deportivo. Es fuerte y bastante duro adaptar los públicos a nuestras características y personalidad. Pienso que con el tiempo estarán más a gusto con nuestro trabajo en la narración y el comentario».

—¿No te molesta que te vean como la primera en narrar la Serie Nacional de Béisbol y el boxeo en la televisión, y no que valoren el hecho de cómo lo hiciste?

—Hubo un momento en que sí me molestó. Todos hablaban de si era la primera o no, porque a veces nos detenemos en esos asuntos que no son los de mayor valor. Además de que no era lo que yo buscaba, no quería que me catalogaran como la primera en hacerlo, porque fui la primera en la Serie Nacional de Béisbol y en el boxeo, en clavados, y luego podría ser en cualquier otro deporte que pudiera narrar y que ninguna mujer lo hubiese hecho antes.

«Para mí más importante que eso es enfocarme en lo que necesito como profesional, escuchar los criterios de las personas, saber qué debo mejorar y qué tengo que hacer para superarme».

—Aunque siendo estudiante ya amabas el deporte, si hubieras practicado alguno ¿cuánta diferencia habría en tu labor?

—La diferencia hubiera sido grande. Muchas veces la moral de la sociedad en que vivimos, nuestra familia, la manera en que nos educan, la forma de pensar del latinoamericano —sin ser absoluta— nos llevan a crear estereotipos. Según esas concepciones los niños juegan a la pelota con papá, ayudan a arreglar el auto, ven deportes, mientras que las niñas se arreglan las uñas y el pelo, bailan o cantan.

«Yo siempre sentí afición por los deportes, nunca mi familia me frenó, no quiero que se me malinterprete, pero sí di un recorrido amplio por las manifestaciones culturales, al estar en canto coral, danza, en ballet clásico, incluso esto último lo estudié en la escuela provincial vocacional de arte Alfonso Pérez Issac. Después estudié en el Ipvce Carlos Marx.

«Si hubiera practicado algún deporte desde mi niñez creo que hoy mi desempeño fuera mucho mejor, sobre todo en cuanto a conocimientos, a profundidad de los argumentos y comentarios. Debo aclarar que tampoco tenía condiciones físicas para ser practicante de ningún deporte, lo más cercano hubiera sido la gimnasia artística».

—Muchos dicen que te va mejor en el béisbol. ¿Cuál es el deporte donde Melissa «nada a sus anchas»?

—Adoro tanto el béisbol como el boxeo, aunque hay otros que me gustan muchísimo. No te imaginas la presión que se pone Melissa por hacerlo todo bien, por superarse cada día más. Todavía no me permito decir que me siento como la nata sobre la leche, como decimos en buen cubano, porque es una búsqueda constante para prepararme y contar con más conocimientos. Quiero estar siempre actualizada de lo que acontece e incorporar parte de la historia de esos deportes.

«No creo que en mi incipiente carrera profesional pueda decir que me sienta a mis anchas en cualquier deporte. Sin embargo, el que más disfruto es el béisbol, porque he estado más vinculada desde pequeña, es el que me apasiona y en el que quizá más cómoda me pueda sentir. Con el boxeo me sucede igual, y me he preparado bastante en cuanto al concomimiento de ese deporte y su técnica».

—El curso de habilitación como narradora-comentarista que pasaste en el Centro de Estudios de la Radio y la Televisión fue una oportunidad de capacitación…

—No es lo mismo narrar desde Matanzas que haber tenido la oportunidad de asistir a ese curso que me brindó numerosas he-
rramientas para mejorar el trabajo, eso lo agradezco mucho.

—¿Cuál es tu método para auto-prepararte?

—Es diario y difícil ante la rutina de la vida. Aprovecho cada tiempo libre que tenga. Leo mucho y guardo los datos interesantes. Trato de que por lo menos dos días antes me digan qué evento voy a narrar para prepararme, porque son muchos deportes y torneos.

—¿Te consideras una joven perse-
verante?

—Sí, lo soy. A veces una dice: me rindo, pero en el fondo es mentira. Luego sale ese carácter que tiene Melissa de no claudicar. Soy impulsiva y esa manera de ser me ha servido bastante en lo profesional.

—¿Cómo distribuyes el tiempo entre tantas cosas?

—Comienzo temprano en la mañana con todo el tema del maquillaje, de la preparación de los programas, y no paro hasta las seis de la tarde en que finaliza el Noticiero Nacional Deportivo. Luego hay algún trabajo extra, y lo mismo termino a las diez de la noche que horas más tarde. Mi dinámica es muy agitada. Ni yo misma sé cómo distribuyo el tiempo entre tantas cosas que hago, todo eso es gracias a mi novio que me ayuda mucho y me entiende.

—¿Consideras que hay oportunidades para que los jóvenes en Cuba desarrollen sus proyectos de vida?

—He podido hacerme dueña de esas oportunidades aprovechando el proyecto de vida que he tenido hasta el momento. Hay otras carencias difíciles de asimilar como la vivienda o la constancia del día a día, que se torna muy complejo, pero profesionalmente he aprovechado las oportunidades y he podido crecer. Soy independiente y trabajo por lo que quiero. Lo que veo como un reto lo enfrento hasta convertirlo en un logro. Mi adrenalina es ponerme retos en el día a día, y cumplirlos.

—Podría tu faceta como modelo opacar tu trabajo actual…

—Ninguna de las facetas va a opacar quién es Melissa. Soy narradora y comentarista en formación, en proceso de crecimiento, con muchas cosas por mejorar. Solo digo que todo lo que una tenga la oportunidad de hacer no debe postergarlo, como en mi caso que si se me da la posibilidad de actuar lo haría, porque es bonito y no quisiera reprochármelo en algún momento de mi vida.

(Tomado de Juventud Rebelde)

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