Ley de Ajuste Cubano bajo la mira de la opinión pública en EE.UU.

Guantánamo (Redacción Solvisión) La controversial Ley de Ajuste Cubano (LAC) estuvo durante 2015 bajo la mira de la opinión pública estadounidense, debido a los beneficios únicos que ofrece a los isleños, en contraste con el trato que reciben los demás inmigrantes.

 

El Congreso estadounidense aprobó la LAC en 1966 con el pretexto de otorgar refugio a los inmigrantes de la mayor de las Antillas, pero las autoridades de La Habana denunciaron en reiteradas ocasiones que constituye un elemento de desestabilización, un estímulo a las salidas ilegales del país y una vía para el robo de cerebros.

Durante 2015, varios medios de prensa estadounidenses pidieron al Congreso reconsiderar la vigencia de la LAC, y en ese sentido un editorial de la agencia Bloomberg Business señaló el 9 de diciembre que los cubanos se benefician de normas excepcionales desde hace más de medio siglo.

Añade que esa pieza legislativa es la puerta de entrada de personas que en realidad no son perseguidos políticos.

La publicación insta al presidente Barack Obama a deportar a los cubanos que quieran acogerse a su amparo pero que no puedan demostrar que son refugiados políticos reales.

A esa ley se añade la política de pies secos-pies mojados que incentivó la inmigración ilegal, a lo que se agregó en 2006 el Programa para Profesionales Médicos Cubanos (CMPP) que concede visa a galenos y otro personal sanitario de la isla que trabaja en una misión internacional.

También el diario The New York Times se sumó al análisis de este asunto y en al menos dos editoriales este año calificó a la LAC de reliquia de la guerra fría, que debe anularse, porque otorga privilegios únicos a los inmigrantes de la isla.

Para el rotativo neoyorquino dicha pieza legislativa es obsoleta, al igual que la política de pies secos-pies mojados, establecida en 1995 por la administración de William Clinton (1992-2001), que acepta a quienes arriban a territorio estadounidense y devuelve a Cuba a los que son interceptados en alta mar.

Entretanto, Los Angeles Times señaló en un editorial en febrero pasado que la política migratoria estadounidense hacia Cuba, forjada en la Guerra Fría, es obsoleta y el Congreso norteamericano debe revisar la LAC, pedido al que se sumó también recientemente el diario Sun Sentinel de Florida.

Durante la reciente visita a La Habana del presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, este abordó con su homólogo Raúl Castro el tema de la presencia de unos cuatro mil migrantes cubanos en ese país centroamericano.

Al respecto el mandatario de la isla reiteró que la política de Pies secos-Pies mojados, el CMPP y la Ley de Ajuste Cubano alientan la emigración ilegal y ponen en peligro la integridad de los migrantes.

Los representantes del estado de Florida en el Congreso fueron, durante años, sus más tenaces defensores, pero en períodos recientes algunos de ellos llamaron a reformar su contenido. Sobre este asunto, el representante republicano por Florida Carlos Curbelo auspicia un proyecto de ley para eliminar la concesión de ayuda federal automática a los cubanos que arriban a la nación norteña.

La iniciativa de Curbelo, de origen cubano, pretende enmendar la ley federal que trata a todos los que llegan de la isla caribeña como refugiados o asilados políticos, lo que les da derecho a cupones de alimentos, asistencia médica, seguro de discapacidad y otras ayudas, señala este miércoles el diario El Nuevo Herald.

Los cubanos que vengan a Estados Unidos tendrán las mismas oportunidades que los inmigrantes de otras naciones, como Colombia, Venezuela, Perú, Centroamérica -de cualquier país- para trabajar y ganarse la vida, dijo Curbelo según el Herald.

El 17 de diciembre de 2014, el presidente cubano Raúl Castro y su homólogo estadounidense Barack Obama, anunciaron su decisión de restablecer las relaciones diplomáticas e iniciar un proceso hacia la normalización de los nexos bilaterales.

Casi siete meses después, el 20 de julio de 2015, las secciones de intereses en las respectivas capitales se convirtieron en embajadas, al reanudarse los nexos diplomáticos.

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