Los Leñadores de Las Tunas disputarán la final de la Serie del Caribe ante los Toros de Herrera de Panamá.
En un trabajo anterior hice referencia a la suerte de Cuba cuando el torneo se celebraba en territorio canalero. En las tres ediciones de la primera etapa (1949-1960) que el evento se celebró en este país, ganó una selección cubana, y para mayor coincidencia siempre el segundo lugar fue el conjunto anfitrión.
Muy pocos especialistas auguraban una final con los dos equipos invitados a la justa pero así de veleidoso es este deporte. La historia se repite, y por cuarta vez en Panamá los mejores equipos serán el de Cuba, y la selección sede. ¿Se repetirá la historia?
Los rivales
Panamá llega con tres victorias y una derrota a la final después de dejar en el camino a las Estrellas Orientales de República Dominicana por mejor bateo colectivo entre ambos. Este fue el tercer criterio de desempate.
El pitcheo de los panameños muestra un excelente promedio de carreras limpias de 2.57, el segundo mejor del torneo, solo superado precisamente por el de Cuba.
Su bateo, en un torneo de escasa producción ofensiva, ha sido el mejor con un aceptable promedio de 279. Javier Guerra (467) y Allen Córdoba (400) sobresalen en el line up.
Elmer Reyes ha sido otro de los pilares con el madero con 375, un jonrón y cuatro remolques. Es el único equipo con dos cuadrangulares en la justa, en un torneo en el que apenas se han conectado seis.
Los canaleros son sede y ese es otro plus después de 59 años de ausencia. Llegar a la final constituye un justo premio al país que organizó en tiempo récord esta edición de la Serie del Caribe.
Por su parte, los Leñadores de Las Tunas terminaron con balance parejo de 2-2 y provocaron un triple empate en el grupo pero llegan a la discusión de la corona por mejor sistema de desempate.
La actuación de los lanzadores cubanos ha sido fenomenal con solo cuatro carreras limpias permitidas en 37 innings para un fabuloso promedio de 0,97. El pitcheo ha sido la nota más alta del conjunto.
Fredy Asiel Álvarez será el abridor del encuentro final. El derecho de Sierra Morena tuvo una gran salida el pasado miércoles con una sola carrera sucia permitida en seis capítulos.
La suerte no lo acompaña muchas veces pero la historia está de su parte porque Cuba siempre gana en Panamá.
El bateo cubano ha sido bien pobre con anémico average colectivo de 203. Solo Puerto Rico (194) bateó menos que el conjunto cubano en la etapa clasificatoria.
Pablo Civil ha sacudido su line up, y esto le trajo resultados en el último partido. Yuniesky Larduet parece aclimatado a su función y Carlos Benítez se ganó el puesto al embasarse cuatro veces en el último duelo.
Alfredo Despaigne marca la diferencia entre los Leñadores con cinco carreras impulsadas de las ocho que tiene su equipo. Más allá de Despaigne solo Yordanis Samón presenta buenos números con average de 425. Yurisbel Gracial despertó en el último cotejo y puede sumarse a la fiesta en esta final.
La mesa está servida. La historia favorece a Cuba. ¿Se cumplirá la cábala ganadora por cuarta ocasión consecutiva?