Guantánamo.- Cuando le preguntaron dio el SI. Asistiría como voluntaria al estudio clínico en su fase III del ensayo Abdala, producto cubano, desarrollo por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el cual evalúa la eficacia, seguridad y inmunogenicidad del candidato vacunal CIGB-66.
El policlínico Omar Ranedo en el área centro de Guantánamo, fue el sitio escogido para el estudio y hasta allí, esta mujer fue para iniciar esta Cruzada por la Vida. Le asistían otras razones, entre ellas, la humilde manera de contribuir al freno de la Covid-19 y, además, la de hacer historia.
Hace unos días firmó su consentimiento. Nuevamente el Sí y con ello, la entrevista médica, la consulta de toma de signos vitales, extracción de sangre, la inoculación del tratamiento o del placebo y luego, el tiempo de vigilancia requerida para posibles eventos opuestos. A partir de ese momento, se bautizaba como la voluntaria OR – 0817.
Para la paciente poner el hombro significa pensar en miles de hombres y mujeres independientes, valientes, entregados en cuerpo y alma a su nación. Es recordar los versos del poema Abdala de nuestro José Martí cuando escribió: ¡Por fin potente mi robusto brazo, ¡Puede blandir la dura cimitarra, ¡Y mi noble corcel volar ya puede, Ligero entre el fragor de la batalla!.
Por eso esta mujer muestra con orgullo la tarjeta que dice Voluntaria de uno de los cinco candidatos vacunales desarrollados en Cuba y el segundo en su tercera fase de ensayo clínico. Ella confía en la ciencia cubana defensora de tantos logros en esta y otras batallas. Sabe el significado de ser parte de este humano proyecto.
Aún le faltan dos dosis más de la vacuna o el placebo, pero está orgullosa de llevar por dentro, la resistencia de Abdala. Esta mujer quien, además, es vulnerable, recibió este pinchazo cargado de sueños y está muy feliz porque confía en la Salud Pública Cubana. Ella, la voluntaria OR – 0817 del candidato vacunal Abdala, soy yo.
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