La Virgen María en los orígenes de la literatura cubana (+ Fotos)

Por José Ignacio Amador Brú, Amanda Beatriz Libera López, Ramón Matos Méndez y Bridget Otamendy (Estudiantes de Periodismo)

Como madre de todos, nunca nos ha dejado desamparados, su manto protector nos cubre, brinda abrigo y esperanza en momentos difíciles, le pedimos por nuestros hijos, madres, hermanos. Rendirle tributo a la Patrona de Cuba es un ritual que forma parte de nuestro día a día como cubanos.

Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, la Virgen de la Caridad del Cobre o simplemente Cachita, es una de las advocaciones de la Virgen María. En 1998 el Papa Juan Pablo II en un viaje realizado a la Isla, coronó personalmente a la Virgen, entregándole una corona de oro y un manto adornados de piedras preciosas.

Su fiesta se celebra cada 8 de septiembre con peregrinaciones por todo el país, aunque en momentos en el que la  pandemia  por la Covid-19 nos afecta, cambia nuestras rutinas y la manera de rendirle tributo a la virgen mambisa, esto no ha impedido que a lo largo del país su homenaje haya sido eclipsado.

En la Virgen mambisa muchos buscan apoyo espiritual, solución a sus problemas o confidente en momentos difíciles. Cuya presencia en nuestra historia nacional, la literatura cubana está marcada en el paso del tiempo.

La historia de la literatura en Cuba comienza con la llegada de los primeros europeos. Junto con sus naves y sus espadas, los conquistadores trajeron también su cultura y su religión.

La presencia de María emerge ligada a la historia nacional, la literatura cubana ya es referente del influjo mariano, la defensa del territorio se une a una conciencia de fe que fortaleció la esperanza en el triunfo, esta posición ante la vida se convertiría en herencia perdurable entre los habitantes de la Isla. 

Hacia principios del siglo XVII aparece la primera obra escrita en Cuba. Al repasar el contenido argumental de la que se considera como primer monumento literario en la Isla: Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa Troya y Quesada.

Poema Espejo de Paciencia. Como colofón, en este poema épico, iniciador de la literatura artística en Cuba, se confirma la veneración a la Virgen María y su importancia para el pueblo en el proceder de uno de sus personajes principales, y esto cuatro años antes del hallazgo de la imagen de la Caridad en la Bahía de Nipe.

Hacia finales del siglo XVII y principios del XVIII, emergen dos autores que dejaron un importante legado, no solo en la literatura cubana con su papel de precursores, sino en el proceso mismo de formación de la identidad cultural criolla. En ambos, el componente religioso de nuestra cultura toca a sus versos y la Virgen, nuestra Madre, recibe también su justo lugar.

Considerado simbólicamente el primer poeta cubano, Manuel de Zequeira y Arango (1764-1846), hizo que, en su obra, la hispanidad se fuese confundiendo con lo nativo en el reflejo de elementos de naturaleza insular. Su oda A la piña, es ampliamente reconocida como uno de los poemas más relevantes de esta época en Cuba.

A la primera generación de poetas románticos cubanos pertenece Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) (1809-1844). Llamado “grande” por Heredia, siendo uno de los poetas más citados de la Isla y considerándosele uno de los iniciadores del criollismo en la lírica cubana, lo cierto es que Plácido tiene un lugar de máximo respeto en la historia literaria nacional.

Vista aérea del Santuario del Cobre

Manuel de Zequeira y Gabriel de la Concepción, desde sus dos realidades tan diferentes entre sí, coincidieron en el uso de las características propias de la insularidad tropical para darle a su obra poética un matiz no explotado hasta entonces. Sus obras, inauguran el camino a la tradición lírica en la Isla y son reflejo del surgimiento de una poesía que se empezaba a diferenciar de su progenitora europea. Y en esta nueva tradición, la religiosidad católica y el respeto por la Virgen se encuentran en los poetas, sean del estrato que sean, pues María es la Madre de todos.

A pesar de las medidas higiénicas adoptadas paa prevenir la Covid 19, continúan los visitantes en el Santuario del Cobre

La Madre de todos los cubanos no solo está presente en nuestro andar diario, en nuestra literatura, ella es inspiración, es esperanza, es fuerza y nos demuestra que diariamente la tenemos presente como fortaleza para continuar, el siguiente trabajo refleja su presencia en otra manifestación artística, con motivo de la celebración de su día.

https://www.youtube.com/watch?v=_NAo1Q0VUF8

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