La verdadera victoria

Guantánamo.- Ni siquiera con el apoyo “sobrenatural” que presagió el primer inning, pudimos vencer como soñábamos. Fue demasiado el bateo del #TeamUSA… Lazo hizo un trillo del dogout a la lomita porque en cada entrada nos hicieron carreras, y lo mejor que tuvimos durante las eliminatorias y la muerte súbita, el pitcheo, hizo aguas.

Se sabía que no éramos favoritos esta vez, pero confieso que no pensé que nos darían tan duro. No al ritmo del nocao (14-2), que en esta instancia no se marca. Y perdimos.

Tuvimos en contra un equipazo y, aunque hubo bromas al estilo de que Cuba jugaba como local en Miami, por el apoyo sincero de tantos, también se sintió la presión (o el odio visceral) de los fanáticos de la política anticubana que, como la mierda -perdón por decirlo así-, volvieron a demostrar que se puede dar pena y ser asqueroso a la vez, y sacaron cuanto cartel quisieron; una loca se desquició a la altura del 7mo inning y antes, en el 6to, con Moncada al bate, algo pasó que no captaron las cámaras de TV, pero el jardinero estadounidense hasta se sentó en el terreno y yo me quedé con las ganas de saber, por boca de nuestros narradores, qué detuvo el juego. Algo feo, con toda certeza, que se repitió en el 8vo. Ya sabremos luego.

De cualquier modo, llegamos a semifinales. Y eso es un gran resultado en un Clásico Mundial.

Aquí solo llegaron 4, los cuatro grandes, incluido el #TeamAsere… Es cierto, no ganamos; pero por esa extraña pasión que despierta el béisbol, la esperanza volvió a nacer en un pueblo ávido de buenas noticias. De la mano de la unidad, la alegría, la inclusión… De la mano de una Cuba sin orillas, más grande cuanto más próxima a lo que soñamos cuantos amamos el deporte como a la Patria misma. Esa ha sido, por mucho, la verdadera victoria.

Tomado del perfil de Abdiel Bermúdez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *