La riqueza de ser dignos

La riqueza de ser dignosGuantánamo.- Hace unas horas conmemoramos los aniversarios de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) y 44 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). La alegría de niños y jóvenes este 4 de abril nos contagió a todos.

Motivos suficientes para festejar tiene la juventud. Ser heredera de las mejores tradiciones de lucha es una actitud, y una forma de ser que distingue a los cubanos.

No alcanzarían unas cuartillas para recordar el papel de los jóvenes en nuestra historia: La acera del Louvre, el fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina, las gestas libertarias del 68 y el 95, la Protesta de los 13, el Moncada, la Sierra Maestra, la Campaña de alfabetización, Girón, la Crisis de octubre, la zafra del 70, los trabajos voluntarios, las misiones internacionalistas en Angola y en otras tierras del mundo.

La inteligencia y el altruismo para enfrentar el período especial, la presencia cubana en Venezuela, Bolivia, Pakistán o donde se requiera de nuestros médicos, la electrificación de escuelas rurales, las múltiples tareas encomendadas por Fidel a los trabajadores sociales y a los muchachos y muchachas de la FEU, son auténticos ejemplos del protagonismo de nuestra juventud. Y si se quiere nombrar una historia más reciente está el protagonismo y rol esencial en las tareas de recuperación de los amplios daños ocasionados por los huracanes Matthew e Irma.

El legado de Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramante, José Martí, Antonio Maceo, Máximo Gómez, Villena, Trejo, Pablo de la Torriente Brau, Camilo, Frank País, José Antonio, Mella, el Che y muchos otros está en cada uno de nuestros actos.

Los cubanos hemos resistido más de 58 años un cruel e injustificado bloqueo que nos impone múltiples privaciones, pero poseemos una gran riqueza: la dignidad.

Los jóvenes cubanos son entusiastas, patriotas, inteligentes, cada vez más cultos, humanitarios, jaraneros y profundos.

Se les ve ascender al Pico Turquino para honrar al Maestro, y luego, exhaustos pero alegres, mirar las estrellas mientras cantan una canción de Silvio que ya no podrán olvidar.

Una joven madre deja a su pequeña criatura en casa con la abuela para ir a la guardia, como antes lo hiciera mamá para reclamar en tribuna el regreso de Elián.

A diario cientos de manos militantes y anónimas dan su aporte en cañaverales o en cafetales, en industrias y centros productivos y de servicio por un Guantánamo mejor.

La calidad humana es el mayor orgullo de la Patria, y muy en alto está hoy la palabra deber, la cual muchas veces nos separa de los seres queridos, enrumbándonos en importantes misiones.

 Así es la juventud cubana de hoy, una generación que se enorgullece de su principal riqueza: ser digna.

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