Guantánamo.- “No porque hayas caído tu luz es menos alta…” Así comienza el poema que Nicolás Guillén dedicara a Ernesto Guevara de la Serna al conocer de su muerte en 1967. La trascendencia de la vida del Che ha servido de fuente de inspiración más allá de las fronteras de Cuba eternizando el ejemplo de quien afirmara ser “un hombre que actúa como piensa”.
Y es que a pesar del tiempo transcurrido desde aquel funesto día octubre en que quisieron desaparecerle por siempre, su luz preclara se mantiene encendida para alumbrar y alentar la lucha de los pueblos.
Pudo haber sido en cualquier lugar del mundo, pues su ideario internacionalista lo llevó a otras tierras en su cruzada por la independencia y la liberación antimperialista, pero fue en la Higuera, Bolivia, donde pensaron silenciarlo por siempre, sin saber sus asesinos que su historia se convertiría en leyenda viva y real que inspira esperanza hasta en el menos inimaginable lugar de este planeta.
Hombre de acción y de ideas profundas, tanto por sus aportes a la teoría de la lucha de liberación nacional como a las tareas desempeñadas en el Estado, en su cargo de ministro y de representante de la isla en distintos eventos internacionales. Responsable, exigente y disciplinado son algunas de las dotes que legara para el futuro.
¡Argentino o cubano? No, universal y humano. Ese es hombre que inspira cantarle y honrarle con la modestia emanada de su particular manera de ser y su verbo claro y profundo. El mismo que demostró que un hombre nuevo, es meta perfectamente alcanzable.
Y así ha trascendido para varias generaciones de cubanos y de muchos otros en todo el mundo porque el Che está en todas partes.
“Y no porque te quemen,
porque te disimulen bajo tierra,
porque te escondan
en cementerio, bosques, páramos,
van a impedir que te encontremos
Che Comandante,
amigo.”