Guantánamo.- Los trabajadores de las industrias de conserva de Guantánamo pueden sentirse muy satisfechos por los records obtenidos en la elaboración de puré de tomate, cuando la cosecha en el valle de Caujerí ya concluye.
Con unas 14 400 toneladas acopiadas, la temporada clasifica por mucho como la mayor de la historia de la principal zona hortícola de la provincia, cuya misión, en el caso del tomate, es fundamentalmente abastecer a la fábrica existente allí y a la Guaso, ubicada en la capital guantanamera.
A pesar de que ciertas dificultades organizativas ocasionaron determinadas pérdidas de fruto fresco, en el momento de mayor maduración, ambas industrias contaron con mucho más tomate que el contratado inicialmente.
Según confirmó Osmany Cantillo Elías, su director, la Unidad Empresarial de Base (UEB) Valle de Caujerí, perteneciente al Ministerio de la Industria Alimentaria, finalizó la molida acumulando 881,6 toneladas de puré de tomate del 28 al 30% de concentración elaboradas, poco más de un centenar que las previstas y 227 más que el año pasado, hasta ahora la mejor marca.
En el caso de la Fábrica de Conservas de Vegetales Guaso, subordinada a la Empresa provincial de la Industria Alimentaria, su administrador, Luis Armando Maza Rodríguez, afirma que cierra la campaña con 571 toneladas de productos terminados, entre ellos puré de tomate con sal, concentrados al 12 y el 20%, sopa, sofrito y salsa para pastas alimenticias.
Las cifras indican un comportamiento muy loable, a pesar de que la insólita producción de más de 5 000 toneladas registrada en febrero en el valle de Caujerí desbordó las posibilidades de procesamiento de las dos industrias.
“No se garantiza el suministro de modo escalonado, como está contemplado en los contratos con la Agricultura, pero nuestros trabajadores se crecieron, hubo una buena organización del trabajo, mucha disciplina tecnológica y se aprovecharon al máximo los equipos de la fábrica”, señala Osmany.
Eso permitió al colectivo moler hasta 105 toneladas diarias, de 87 planificadas, así como habilitar un turno de trabajo los domingos. Similar fórmula aplicaron en la Guaso, donde crearon un tercer turno de labor para enfrentar la avalancha de tomate que les venía encima, no solo del valle de Caujerí, sino además de otras áreas productoras como los municipios de Niceto Pérez y El Salvador.
“Resaltar además la labor de los innovadores y racionalizadores que, junto al personal de mantenimiento, hicieron posible que la fábrica moliera en ocasiones al doble de su capacidad, que es de 40 toneladas”, subraya Maza, el administrador de la Guaso.
A diferencia de la del valle de Caujerí, dotada con una moderna tecnología italiana, la industria de la ciudad de Guantánamo dispone de equipos obsoletos, con muchos años de explotación y carencia de piezas de repuesto, como las tapadoras de latas hechas en los Estados Unidos hace casi un siglo.
En este momento, la Guaso reporta el procesamiento de casi 3 000 toneladas de tomate, la mayor parte procedente del valle de Caujerí, dejando bien atrás la marca histórica de 1997, cuando molió 2 438 toneladas de tomate de la variedad Campbell, procedente también del renombrado emporio agrícola.
En el caso de la UEB Valle de Caujerí, concluyó la campaña con 7 753 toneladas trituradas, de 6 455 contratadas con las 11 formas de producción de la zona, por mucho la mayor cantidad desde su entrada en explotación en 2012 respondiendo a un programa de desarrollo impulsado en el lugar por el Gobierno revolucionario.
No obstante, Osmany Cantillo Elías, el director, precisa que de haber recibido todo el tomate con la frescura necesaria, la fábrica hubiera elaborado unas 930 toneladas de puré del 28 al 30% de concentración, destinado a la sustitución de importaciones en industrias de la Empresa de Conservas de Vegetales elaboradoras de productos terminados para el turismo, como jugos y sopas.
Es que debido a la gran maduración ocurrida en febrero y marzo en el valle, los ciclos de recogida se extendieron y en varias jornadas molieron frutos que no cumplían todos los requisitos de frescura.
“Lo más importante era que no se perdieran y nosotros procesarlos cumpliendo todas las normas técnicas establecidas”, acota Osmany.
Con el fin de la cosecha de tomate, ambas fábricas recibirán mantenimiento para enfrentar la próxima molida del mango para la elaboración de la pulpa destinada a la confección de compotas para los niños, además de jugos comercializados en instalaciones turísticas y tiendas recaudadoras de divisas.
La UEB Valle de Caujerí, desde el 10 de mayo y hasta la segunda de agosto, tiene contratado recibir 2 163 toneladas de la fruta para obtener no menos de 743 toneladas de pulpa, que de lograrse sería también una cifra record.
Cierto es que durante la cosecha de tomate, en el valle de Caujerí sucedió un tomatazo, el del inesperado pico de maduración que causó pérdidas del fruto en los campos, pero las industrias de Guantánamo tuvieron también el suyo, en el mejor sentido de la palabra, convertido en producciones sin precedentes que favorecen a la economía local y la del país.
Licenciada en Español – Literatura. Periodista. Profesora Asistente. Habilitada en guión y realización de programas de TV. Editora del sitio digital de la televisión de la provincia de Guantánamo. Bloguera y activista de las Redes Sociales