Guantánamo.- Al punto de recepción de La Güira,en el municipio de Manuel Tames, esta vez el mango llega a cuentagotas. La responsable, Iliana Diamet Merencio, confiesa que ha recibido menos de 30 toneladas de la fruta desde que comenzó la cosecha a mitad de mayo.
Dice que en años anteriores el acopio fue diferente en la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Ángel Bouza Calvo, la mayor productora de frutas en la provincia de Guantánamo.
“En los tres puntos que tiene la cooperativa para esta fecha se habían recibido no menos de 400 toneladas”, señala.
Atento a la respuesta, el presidente de la cooperativa, Orlando Bombalé Luna, Landy, confirma el dato y agrega que en lo que va de la actual temporada tenían prevista la entrega de no menos de 200 toneladas a la industria y apenas sobrepasan las 50.
“La sequía ha sido mucha, fíjese que desde octubre han caído algunos chubasquitos y el mango está retrasado, no tiene el tamaño óptimo para recoger”, explica Eloy Rodríguez Romero, campesino de la CCS, ubicada en el municipio de Manuel Tames.
En su finca de cerca de 4 hectáreas, en Palmar, a unos 15 kilómetros al noroeste de la ciudad de Guantánamo, hay que zapatear para encontrar frutos maduros, pues la inmensa mayoría están verdes.
Por eso El Moro tiene acopiados unos pocos de los 700 quintales (uno equivale a 46 kg) de mango que estimó para la temporada, de las variedades de corazón y de hilacha, los más apreciados en las fábricas de conservas, aunque también Reina de Méjico y bizcochuelo, exquisitos para comer frescos o en jugos.
“Con la sequía el mango se ha retrasado, pero esperamos que debe comenzar a madurar mucho más en la segunda quincena de este mes y con ello multiplicar las entregas a la industria”, dice esperanzado Ramón Sánchez Ocaña, especialista de frutales en la Sub-delegación Agrícola del Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) en Guantánamo.
El directivo afirma que todo se organizó para hacer una buena cosecha desde el principio. Cada forma productiva está vinculada a una fábrica y cuentan con envases, transporte y combustible suficientes para hacerlo, pero el mango se retrasó.
La preocupación es de muchos: el tiempo de recogida se contrae, pero no el estimado de 7 mil toneladas en la provincia, más que el año pasado.
La Mangífera indica y sus cultivares son bajos en calorías, aportan al organismo antioxidantes, vitamina C y vitamina B5, además de caracterizarse por su sabor, dulzor y fácil digestión, de ahí su consumo popular sea fresco, en conserva o en jugos.
Las fábricas de conservas de Cuba obtienen la pulpa necesitada para hacer la compota infantil que se distribuye de forma normada y otros productos vendidos en divisas en las instalaciones turísticas y tiendas recaudadoras.
Razones para la incertidumbre
La CCS Ángel Bouza Calvo previó recolectar 2 600 toneladas de fruta en la temporada. Contrató la mitad con la industria del valle de Caujerí, en el municipio de San Antonio del Sur, y otra en Contramaestre, Santiago de Cuba, además de cantidades menores con las empresas Provincial de Acopio y de Frutas Selectas, de Guantánamo.
En un inicio convino 700 toneladas con la fábrica del valle y ahora la está ofertando otras 200, pero no ha entregado ni un mango.
“Nos ha convenido que ella tampoco ha comenzado a procesar, si no estaríamos incumpliendo el contrato”, señala Landy, el presidente.
El asunto es que está inoperativa la llenadora aséptica de la moderna industria de conservas puesta en funcionamiento en enero de 2013 como parte de un amplio programa gubernamental dirigido a estimular las producciones en la principal zona hortícola de la provincia.
La licencia del sotfware que la opera caducó semanas atrás, cuando la unidad de la Empresa de Conservas y Vegetales cumplió por primera vez el plan de puré de tomate concentrado del 28 al 30% y marcó un record de producción ascendente a 881,6 toneladas.
“No está prevista la fecha en que el especialista extranjero viene a la fábrica para renovarla”, apesadumbrado dice Osmany Cantillo Elías, el director de la UEB Valle de Caujerí.
La empresa como solución inmediata indicó hacer el llenado manual de bolsas dentro de tanques de 208 litros, lo que desecha el método aséptico y obliga a utilizar algún conservante en la pulpa obtenida para hacer un rápido traslado y utilización en otras fábricas de la entidad, perteneciente al Ministerio de la Industria Alimentaria.
Catillo señala que lo propuesto supone además no aprovechar a plenitud la capacidad de procesamiento de 4 toneladas por hora que tiene la fábrica en el caso del mango.
Más al oeste, en la ciudad de Guantánamo, las cosas no están mucho mejor. En la Fábrica de Conservas y Vegetales Guaso no hay suficientes latas de 5 galones, el principal formato de envase de la pulpa y la mermelada que produce a partir de la Mangífera indica.
Recién Yamilín González Milián, funcionaria del Ministerio de Industrias, explicó a la prensa cubana que en el primer cuatrimestre del año no se pudo saldar a tiempo la deuda con proveedores de materias primas e insumos para producirlos y no se cumplen las entregas pactadas con los demandantes.
Si ocurre la maduración esperada, Guaso podría causar un desastres pues significaría dejar de moler decenas de toneladas provenientes de los municipios de El Salvador y Niceto Pérez que no será posible mover hacia el valle de Caujerí, según explica Sánchez Ocaña, el especialista en frutales.
La CCS Ängel Bouza Calvo tiene esa opción, pero a un costo alto.
“Hemos contratado transporte en el valle de Caujerí, a 108 kilómetros, para poder llevar el mango, para cual erogaremos la mitad de la ganancia que estimamos lograr en la cosecha”, subraya Landy.
La fábrica Guaso es un mejor destino para la cooperativa pues le queda cerca. Sin embargo la CCS no le vende por las pérdidas económicas que le ha ocasionado antes, por frutas dejadas de procesar.
La situación en la cosecha del mango, circunstancial, señala la necesidad imperiosa de instalar más mini-industrias en Guantánamo.
“No son la solución, pero muelen la poca fruta que se acopia al principio y al final de la temporada que las grandes fábricas no procesan”, apunta Sánchez Ocaña.
El MINAGRI prevé instalar tres minindustrias en las CCS Sabino Pupo, de El Salvador; la Mariana Grajales (Guantánamo) y en la Ángel Bouza Calvo, la única que podrá materializar la puesta en marcha a fines de 2017.
Mientras tanto, la incertidumbre marca a la cosecha de mango en Guantánamo. Qué sucederá, está por ver.