Guantánamo. – Cuba vive momentos cruciales de su historia y realidad política. El proceso de elecciones generales permite a los cubanos elegir a sus representantes en las estructuras de poder. Algunos de los diputados a nuestro Parlamento ya no serán los dirigentes históricos del proceso revolucionario cubano, muchos de ellos combatientes de la Sierra Maestra, en la última etapa de la lucha por la liberación nacional de la Patria.
Todo ello aderezado con los constantes ataques y estrategias subversivas del gobierno norteamericano, que año tras año, continúa destinando millonarias sumas a programas de este tipo, enfocados en un cambio de sistema que no han logrado después de seis décadas de Revolución.
A ello se agrega la desmotivación, la desidia ante problemas que aparentemente no nos afectan, la falta de combatividad frente a actitudes que ponen en peligro lo logrado, bajo la errónea justificación de que “eso es responsabilidad del estado”.
En Cuba, desde 1961, con la declaración del carácter socialista, se estableció el gobierno de los trabajadores, lo que significa que el estado, en cada una de sus estructuras, representa los intereses del pueblo. Usted, amigo lector, es también el gobierno y tiene la responsabilidad cívica y ciudadana de participar en la transformación de nuestra nación e involucrarse en la solución de sus problemas.
Muchos de nosotros en ocasiones no se aprovechamos las oportunidades para expresar nuestras opiniones al respecto de los problemas que nos aquejan, desde las diversas plataformas.
En ocasiones, las rendiciones de cuenta del delegado a sus electores no cuentan con la asistencia necesario o no se convierten en los espacios para plantear nuestras inquietudes. Así mismo sucede con reuniones de los CDR, la FMC u otras organizaciones políticas y de masas.
Incluso las más recientes iniciativas implementadas por diversos medios de comunicación, especialmente en la plataforma hipermedia, con foro-debates y entrevistas online, que acercan mucho más a los responsables de diversos sectores productivos, instituciones y esferas de desarrollo a los internautas – lectores, usuarios, población en general – no cuentan con suficiente participación de muchos cubanos, una situación que debe revertirse.
Lo cierto es que hay una diferencia abismal entre estar y participar. El primer verbo se refiere a la asistencia, la mera presencia de un sujeto a un espacio para el cual está convocado, mientras que el segundo vocablo significa “actuar, junto con otras personas, en un suceso, un acto o una actividad, generalmente con el mismo nivel de implicación.”
La realidad cubana demanda de participación, comprometida y creativa en cada uno de los procesos diarios a los que nos enfrentamos, en nuestros centros laborales, barrios y hogares, solo ello nos permitirá avanzar en la meta de actualizar y perfeccionar nuestro modelo económico, alcanzar mejores resultados e incrementar la calidad de vida de la población del país a la par que se defienden las conquistas sociales que convierten a Cuba en un referente para el resto del mundo.
El reconocido psicólogo y comunicador Manuel Calviño, ha referido en numerosas ocasiones sobre la importancia de cambiar la mentalidad, el peligro de permanecer indolentes ante las situaciones de conflicto presentes a nuestro alrededor y la importancia de ser parte y formar parte. No lo dude, vale la pena.
Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad de Oriente en el 2010. Periodista, editora del sitio web y miembro del equipo multimedia de Solvisión.