La fuerza y la moral de la mujer cubana

«Nadie como ella ha hecho los mayores sacrificios (…), ni se ha empinado tanto hasta convertir en hazaña el esfuerzo cotidiano», decía el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en palabras que, al evocar las grandes y difíciles pruebas vencidas por nuestras féminas, abrazadas a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), penetran hondo en todo corazón.

Recordadas por Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la organización, en el espacio televisivo Mesa Redonda, bastó para la emoción despertada por el recuento en tan breve tiempo, de los retos asumidos para unir a las herederas de Mariana en una organización estructurada y liderada con toda la inteligencia, el prestigio y la dulzura de la guerrillera Vilma Espín Guillois.

Cruciales fueron entonces los años enfundadas de milicianas para proteger los objetivos económicos del pueblo, auxiliar a las víctimas de La Coubre, alistarse en las arenas de Playa Girón, marchar al corte de caña, a la recogida de café, a la campaña de alfabetización, a los cursos por la incorporación plena al trabajo.

Seguiría la lucha por la igualdad de género, el derecho a la maternidad, la educación de los niños, el ascenso a las ciencias y altas responsabilidades, los triunfos en la cultura y el deporte, y el honor de compartir trincheras en misiones combativas y de cooperación en tierras hermanas, al lado de los hombres. Vuélvase a decir: al lado de los compañeros.

Como si esas luchas no bastaran, la celebración llega en medio del peligro sanitario de la covid-19, ante la cual, para reafirmar lo que antes dijo Raúl: «Más que nunca nos hace falta la fuerza y la moral de nuestras mujeres», vuelven ellas ahora a empinarse en la primera trinchera de estos tiempos.

Protagonistas son, aquí y allá, en las zonas rojas, en los duros quehaceres del hogar, en el cuidado de los más vulnerables, en el volver uniformadas a combatir por el bienestar del pueblo, en el volcarse a la producción de alimentos, en el campo y en la industria, guardando, para que le adivinen, la sonrisa detrás de la mascarilla.

«Mariposa y Fusil». Así evoca una canción a la mujer cubana, a quien la patria entera le agradece el desvelo.

Tomado de la ACN

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