Guantánamo.- Uno de los derechos sagrados que tenemos los cubanos es el libre y gratuito acceso a la Educación, en todos los niveles de enseñanza, y ese es un aspecto trascendental que se reafirma en la nueva Constitución de la República, cuyo referendo popular se realizará este 24 de febrero.
El Estado Cubano, con la participación y respaldo de las organizaciones sociales y no gubernamentales, es el encargado de la estructuración y funcionamiento de un sistema nacional de educación orientado al desarrollo y formación de las nuevas generaciones.
Muchos son los avances en todos estos años. Se alcanza de forma masiva, con equidad y calidad, el objetivo de la universalización de la enseñanza, así como el establecimiento de un sistema que abarca todos los tipos y niveles de educación para los niños, jóvenes y adultos, incluyendo a aquellos con limitaciones físicas o mentales.
El sistema educacional cubano reconoce a la sociedad como una gran escuela, manifiesta el carácter democrático y popular, que no sólo se extiende a las diferentes zonas y regiones del país y a todas las capas de la población, sino también en el hecho trascendente de que el pueblo participa en la realización y control de la educación.
La acción y apoyo de todas las organizaciones e instituciones sociales y no gubernamentales en la labor educativa, es una condición básica de la estrategia para garantizar los niveles alcanzados y elevar la calidad de la educación.
La labor que hoy llevamos a cabo en toda Cuba en defensa de los derechos humanos, la paz y la democracia alcanzados por el pueblo con el triunfo de su Revolución, es reflejo de como el sistema educativo influye s6tten la formación de una sociedad más justa y equitativa.
La educación como un derecho y deber de todos es una realidad en Cuba. Ello significa las posibilidades reales de alfabetización sin distinción de edades, sexo, raza y religión.
Más razones que sustentan lo viable que resulta nuestro sistema socio económico, que mantiene al ser humano con el rol principal dentro de la sociedad. Todo ello, y mucho más está plasmado en la nueva Carta Magna, una constitución moderna y llena de derechos para los cubanos.