Desde Washington Donald Trump recibe el nuevo año ejecutando numerosos trajines subversivos contra La Habana.
¿Su propósito esencial? Impedir o dificultar aún más el suministro de petróleo a Cuba. Con ello, y apoyado en servicios que entre otros le brinda su fiel criado, el senador Marco Rubio, trata de caotizar la economía cubana.
El plan de Trump contra La Habana resulta muy claro, es copia de fracasadas iniciativas montadas años atrás. Dificultar al máximo que distintos tipos de enfermos reciban las medicinas y tratamientos necesarios. Y cínicamente lograr que culpen de ese largo suplicio al Gobierno de Cuba.
Ese propósito arrancó hace más de medio siglo, y todavía sueñan alcanzarlo con el apoyo de maltrechos enemigos internos, los analfabetos políticos y los ingenuos. Sin embargo, olvidan nuevamente un pequeño detalle: los agradecidos son muchos más.
¿Cuándo acontecen esas fechorías de Trump contra Cuba?
Ocurre cuando enfrenta un proceso de juicio político debido a sus constantes violaciones de la ley y los derechos humanos. Así, desmoralizado, invocando la democracia, aprieta semanalmente el cerco a La Habana.
Además, infringe todo derecho internacional e incluso no se detiene en golpear a cubanos del archipiélago y hasta a quienes radican en suelo estadounidense. En tal sentido, les limita el envío de remesas a sus familiares y autoriza los vuelos solo en dirección a La Habana.
¿Cómo esperan Cuba y Estados Unidos el nuevo año? En Cuba con la elección de su nuevo Consejo de Ministros, la probación de leyes a favor de la sociedad y el extendido respaldo a la lucha internacional anti bloqueo. En Estados Unidos con un presidente muy cuestionado por gran parte de su Parlamento y en sondeos de opinión pública.
Licenciada en Español – Literatura. Periodista. Profesora Asistente. Habilitada en guión y realización de programas de TV. Editora del sitio digital de la televisión de la provincia de Guantánamo. Bloguera y activista de las Redes Sociales