Festival de Danza Olorum celebrará los 25 años del Folclórico Babul (+ Video)

Festival de Danza Olorum celebrará los 25 años del Folclórico Babul
Guantánamo.- En el IX Festival de Danza Olorum, que arranca este miércoles en Camagüey, será agasajado por su cuarto de siglo el Ballet Folclórico Babul, uno de los pilares del movimiento danzario en Guantánamo y defensor de la fuerte herencia cultural africana en el folclor de los pueblos del Caribe.
En los escenarios camagüeyanos confluirán, hasta el domingo próximo, acreditados cultores de lo tradicional y afrocubano, y Babul exhibirá la vitalidad y calidad de sus bailarines, músicos y cantantes, cualidades elogiadas a lo largo de su trayectoria, tanto por el público como por expertos, entre estos el desaparecido maestro Eduardo Rivero, Premio Nacional de Danza 2001.
  
La compañía fundada y dirigida por el bailarín y coreógrafo Ernesto Llewellyn, reservó para la ocasión dos espectáculos de vibrante colorido y fuerza escénica, con elementos distintivos de la cultura guantanamera, mezclas de bailes de tumba francesa, changüí, cantos de braceros antillanos, y lo mejor de la diáspora africana y su transculturación en la Isla.
  
El Olorum es uno de los eventos más representativos de la danza folclórica en el país, y el nombre responde a una de las manifestaciones del dios supremo de la religión yoruba, dueño de la energía vital, la luz, el vigor, algo que nunca le falta al Ballet Babul, que con sus danzas fervorosas y cánticos en dialectos aflora lo mejor del ritmo color ébano de sus bailarines y músicos.
  
Esta agrupación, instituida en Guantánamo en abril de 1994, tuvo su debut oficial a mediados de noviembre de ese año, con un prometedor programa bautizado con el término del naciente colectivo, “Babul”, vocablo rítmico y onomatopéyico que alude al retumbar de tambores de los antepasados, al “canto de los abuelos”, según subraya el maestro Llewellyn, director del grupo.
  
Hoy el conjunto sobresale entre los más prestigiosos del desarrollo profesional danzario en su provincia, ha representado a Cuba en varios escenarios del mundo, exhibe importantes lauros y su repertorio amasa unas 90 piezas músico-danzarias del folclor anglo-caribeño, franco-haitiano y criollo, por ende con profundas raíces africanas, de las que bebió el “crisol de la cubanía”.
  
Precisamente algunos de sus bailarines forman parte de la numerosa comunidad existente en Guantánamo de descendientes de esos orígenes, y su obra, al decir de la primera bailarina y maestra Silvina Fabars -en 2016- “responde al llamado de preservar en las tablas nuestra identidad nacional, con elegancia, rigor, técnica y preparación impecable”.
 

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