El béisbol cubano está de luto. Uno de los grandes de todos los tiempos, brillante receptor y persona, se ha marchado físicamente rumbo a la eternidad. Su nombre es Juan Castro García, leyenda, ícono, miembro de una generación gloriosa de nuestra pelota.
El pinareño, elegante como pocos detrás del home play, falleció este 14 de junio en La Habana a la edad de 66 años, tras luchar durante largo tiempo contra una severa enfermedad. Atendiendo a su voluntad, su cadáver será cremado.
«Dolor en #InderCuba. Falleció esta tarde en #LaHabana Juan Castro García, quien asaltó la élite de nuestro #béisbol a base de técnica depurada y arrojo a toda prueba, hasta convertirse en uno de sus más estelares receptores. Sinceras condolencias para familiares y amigos», expresó el titular del organismo deportivo cubano Osvaldo Vento Montiller.
«Lamentamos fallecimiento de ese grande de la receptoría que fue Juan Castro García, estrella de nuestro #béisbol. Las páginas aportadas por él acompañarán por siempre al movimiento deportivo de la Isla. Reciban familiares y amigos el mensaje solidario del Comité Olímpico Cubano», escribió por su parte el presidente de esa institución Roberto León Richards.
Higinio Vélez, máxima autoridad de la Federación Cubana de Béisbol, se comunicó telefónicamente con JIT para expresar su pesar ante tan sensible pérdida.
«Fue un gran pelotero. Y para no herir sensibilidades puedo afirmar que figura entre los grandes-grandes detrás del home. Tuve el privilegio de dirigirle en los Juegos Panamericanos de Indianápolis 1987 y aprecié su maestría para guiar el pitcheo y enfrentar las jugadas más complicadas. Siento mucho su muerte y envío a familiares, amigos y compañeros mi más sentido pesar», expresó el dirigente.
XXX Campeonato Mundial de Beísbol-Italia 29-Agosto-1988. Estadio De Parma. Cuba Vs P .Rico. Cuba ganó
7-6 a P.Rico. En la foto el catcher Juan Castro(CUBA) pone en out a el jugador de P.Rico.
Juanito, hijo ilustre de San Cristóbal, se coronó varias veces como campeón nacional y tocó la gloria con el equipo de las cuatro letras en lides mundiales y continentales.
Su mascoteo de ensueño, la habilidad para tirar a las almohadillas y bloquear el home, así como la maestría para recibirle a estelarísimos lanzadores como Rogelio García, Julio Romero, Omar Ajete, Jesús Guerra y Faustino Corrales, entre otros, le distinguieron entre las décadas de 1970 y 1980.
Tras su retiro del deporte activo inició el complejo camino de preparar a las nuevas generaciones de jugadores, y al mando de Vegueros consiguió dos títulos en la Liga de Desarrollo del Béisbol Cubano. En las series nacionales dirigió a los elencos de Pinar de Río y Sancti Spíritus, mientras que en el exterior lo hizo en la Serie A de Italia.
Aquellos que lo conocieron apreciaron siempre su educación, humildad y dedicación al béisbol cubano, rasgos destacados ahora mismo en las redes sociales de internet por quienes disfrutaron de su juego o lo han descubierto a través de videos y libros.
Su compañero legendario de batería en los equipos pinareños y el Cuba, Rogelio García, escribió en su página de Facebook:
