Europa enfrenta la llegada de decenas de miles de refugiados, sobre todo sirios, en medio de las reducciones de los programas de ayuda a desplazados y un creciente flujo de esas personas a naciones ricas de la región.
Las autoridades austriacas anunciaron el permiso para la llegada de trenes directos desde Hungría para permitir el paso de al menos 20 mil inmigrantes por ferrocarril, pero reforzaron el control de vehículos, sospechosos de transportar a indocumentados.
En las últimas horas, al menos 66 personas fueron arrestadas en este país, acusadas de tráfico humano, mientras más de 400 foráneos fueron hallados hacinados en camiones.
Desde Luxemburgo, el primer ministro Xavier Bettel reclamó la solidaridad de otros continentes para encarar la crisis de los inmigrantes, tras la llegada a costas europeas de más de 350 mil extranjeros en este año.
Bettel consideró que países vecinos de naciones en conflicto como Siria debe acoger más refugiados, aunque la cifra de quienes arriban a Europa es muy inferior a los cuatro millones de desplazados sirios en Jordania, o del millón 900 mil de los acogidos en Turquía.
La portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Melissa Fleming, denunció el recorte de programas de respaldo a desplazados, después que con ese fin solo fue aportado el 37 por ciento de cuatro mil 500 millones de dólares requeridos.
Además, el Programa Mundial de Alimentos redujo las asignaciones para 220 mil personas en campos instalados en Jordania, mientras otras 520 mil están fuera de las instalaciones atendidas por Acnur.
El 86 por ciento de las personas concentradas en los campos de refugiados vive por debajo del nivel de pobreza, por lo cual se vieron obligadas a realizar riesgosos viajes a Europa en busca de subsistencia y cobijo, declaró Fleming.
Unos 30 mil indocumentados, en su gran mayoría de Siria, Iraq y Afganistán, llegaron en los últimos días desde Turquía y a través del mar Egeo a la isla griega de Lesbos, mientras cerca de cinco mil se encuentran en la de Kos.
La mayoría de esas personas cruza luego la frontera con Macedonia, a donde ayer arribaron siete mil, y de ahí a Serbia, que acogió a más de 120 mil indocumentados solo en este año. Desde ese país viajan en tren a Hungría hasta llegar a Austria o continuar rumbo a Alemania.
