El gobierno norteamericano otorga una prioridad máxima a la profundización del diálogo con las autoridades de la isla, para lo cual la Comisión Bilateral constituye un mecanismo clave, precisó en una nota de prensa.
La cuarta reunión de la comisión fue instalada este viernes en la capital estadounidense, presidida por la directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, y la secretaria adjunta en funciones para el Hemisferio Occidental, Mari Carmen Aponte, y el director de Planificación de Política, Jonathan Finer, ambos del Departamento de Estado.
Participaron además el embajador cubano en Washington, José Ramón Cabañas, el secretario asistente adjunto para el Hemisferio Occidental, John Creamer, y el encargado de Negocios de la embajada estadounidense en La Habana, Jeffrey DeLaurentis, recién nominado por el presidente Barack Obama para el puesto de embajador.
La Cancillería de la mayor de las Antillas también manifestó la voluntad de avanzar en las relaciones bilaterales, aunque insistió en el adverso escenario imperante.
En ese sentido, el subdirector general de Estados Unidos, Gustavo Machín, declaró hace unos días a la prensa que la isla reiterará en la Comisión Bilateral la necesidad de levantar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington, que sigue vigente, pese a la reanudación de vínculos diplomáticos en julio de 2015.
Asimismo, adelantó desde La Habana que la representación visitante demandará la devolución del territorio cubano ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo y el cese de los programas subversivos dirigidos a la desestabilización y el cambio de régimen.
De acuerdo con fuentes diplomáticas, las delegaciones lideradas por Vidal y Aponte trabajarán mañana y tarde en la comisión, un mecanismo creado en el verano de 2015, el cual realizó su primer encuentro en septiembre de ese año y su más reciente en mayo último.
El encuentro de este viernes debe ser el penúltimo bajo la administración de Obama, quien culminará su segundo mandato en la Casa Blanca en enero del año entrante.