Guantánamo.- En medio del llamado al aislamiento social, fui a una de las placitas (especie de mini mercado) de mi comunidad. Para mi agrado, los dependientes llevaban nasobucos (máscaras), además dos pomos de solución clorada en el mostrador y su exigencia de que en el peldaño cercano al mismo, solo la persona que iba a comprar, pero, en la parte de la acera, las personas estaban aglomeradas.
No me pude contener, y llamé la atención al respecto, algunos asintieron y comenzaron a separarse, otros me miraron indiferentes y hubo alguien que hasta comentó: “¿eh y esta que tiene? “
Desde mucho antes de diagnosticar los primeros casos con la Covid 19 en Cuba, el país se venía preparando para hacerle frente. Informaciones sobre la enfermedad, su rápida propagación y niveles de letalidad, eran temas frecuentes, e incluso se intensifican, en los diferentes espacios de los medios de difusión masiva.
Una vez detectada su presencia en la isla, se incrementó el nivel informativo, así como el de divulgación de las medidas para evitar su propagación; el correcto y constante lavado de las manos, el uso de soluciones desinfectantes, y entre otras: EVITAR formar tumultos.
En los diferentes programas transmitidos por nuestro telecentro sobre el tema y donde han estado presentes las máximas autoridades del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Gobierno, además de directivos de varios organismos e instituciones en la provincia, como Salud, se ha propiciado la retroalimentación con los televidentes, y ha sido inquietud repetitiva el asunto de las colas, más que las colas en sí, de las aglomeraciones.
Es entendible que ante la inestable presencia de productos en las unidades de la red comercial como el pollo, picadillo, jabón o galletas, por solo mencionar algunos, cuando los sacan a la venta, esto genere gran afluencia de público, pero de lo que se trata es de ORGANIZACION, de pedir el último, esperar pacientemente nuestro turno y sobre todo, guardar la distancia recomendada que es de poco más de un metro.
El Gobierno cubano ha diseñado un amplio plan de medidas para enfrentar al nuevo coronavirus, entre ellas está el reordenamiento laboral, la aplicación de modalidades como el trabajo a distancia o el tele trabajo, precisamente para disminuir el flujo de personas en calles y medios de transporte urbano. El llamado en esta esta etapa, donde Cuba exhibe hoy, unos 80 pacientes positivos, entre ellos dos niños, sigue siendo al aislamiento social.
Tal vez usted piense o diga ahora mismo -como me comentó una vecina- que hay que salir a comprar los recursos que hacen falta en la casa, y es cierto, pero de lo que se trata es de adquirir percepción de riesgo, de ganar en disciplina, en conciencia de que estamos ante una pandemia que abarva unos 173 países con más de 467 mil 700 casos confirmados y unos 20 mil 947 fallecidos, para una letalidad de 4,48%, mientras que otras 125 naciones han reportando transmisión local.
Aunque en Guantánamo es aún palpable la cantidad de personas irresponsables que denotan su total desobediencia al llamado de elevar la precepción de riesgo, me complace que el nivel de responsabilidad va creciendo.
Y tengo como ejemplo al incidente en la placita de mi barrio, que a la pregunta de una de las consumidoras: “¿y esta que tiene?”, varias personas le respondieron por mí.
El presidente cubano, Miguel Díaz Canel Bermudez, señaló recientemente que el nuevo coronavirus viene hacia nosotros y lo está haciendo a una velocidad exponencial… lo primero que hay que lograr es que la gente tenga percepción de ese riesgo, para que actúen responsablemente.
Del proceder responsable de cada uno de nosotros, depende la protección de nuestros viejos, padres, hijos… de nuestra familia, e incluso de nuestros amigos y vecinos. Por eso me sumo a la etiqueta que por estos días de tanto desosiego e incertidumbre, inunda las redes sociales: #QuédateEnCasa.
