Enfermedades emergentes y reemergentes: la lección de no olvidar

Enfermedades emergentes y reemergentes: la lección de no olvidarLos golpes enseñan, dice el proverbio. Y es un precepto que para el mundo ha estado claro— o debería— en las últimas dos décadas. Al menos en lo que a las llamadas enfermedades infecciosas emergentes o reemergentes se refiere, y que han mantenido en vilo a todas las regiones del planeta, ante esa incesante lucha de los microrganismos por sobrevivir buscando brechas en las barreras que protegen a los seres humanos contra determinada infección.

«La primera de las lecciones que nos han dejado es que el estar en un lugar, no significa que no que no puedan expandirse con rapidez a otro, por muy distante que parezca», comenta a Granma la doctora María Guadalupe Guzmán, Jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), y Directora del Centro Colaborador OPS/OMS para el estudio del dengue y su vector.

De acuerdo con la especialista, se está observado la emergencia un gran número de enfermedades infecciosas, y dentro de estas principalmente las virales. A su vez, respecto a estas últimas ocupan el predominio las enfermedades transmitidas por artrópodos, donde los llamados arbovirus son las que prevalecen. «Ello no quiere decir que sean las únicas, porque las enfermedades respiratorias— y se entiende fundamentalmente influenza— también han sido un fenómeno, así como otros virus. En el caso de las respiratorias, en losúltimos años quizá la población recuerde el caso del SARFS, causado por un coronavirus y que produce un cuadro respiratorio de neumonías. Este se detectó en China, con un elevado número de enfermos y fallecidos, y afortunadamente se logró eliminar. Sin embargo, para el año 2012 ya circulaba otro coronavirus (CoronaMERS), que también causa cuadros severos respiratorios. Lo que esto nos muestra es uno de los aspectos fundamentales de las enfermedades emergentes, las cuales si bien surgen en un lugar, no necesariamente se quedan aquí, pues las comunicaciones entre los países son tan amplias, el movimiento de personal, de materiales, que estas llegan de un lugar a otro con facilidad», explicó la experta.

«Pero volvemos a los arbovirus, es decir, a las enfermedades transmitidas por mosquitos. Todos estamos muy acostumbrados al dengue, por ejemplo, y en relación a este virus, no se nos puede olvidar porque llega a ser letal. Sin embargo,sus consecuencias más graves pueden evitarse si se piensa tempranamente en este virus que, aunque no tiene un tratamiento específico, el líquido, que es la terapia de elección que tenemos, salva vidas».

Por otra parte, dijo la doctora Guzmán, «hemos oído en dos tres años nombres que la población no conocía, pese a que por ejemplo virus como el Chikungunya se conoce desde losaños 50 en África, con brotes no alarmantes. Pero a partir del año 2004, se produce una salida del mismo con brotes en Kenya, isla Reunión, de dondesubió a la India, Tailandia, e incluso aparecieron casos en Italia. Parecía que ahí quedaba su circulación hasta que en 2013 se detecta Chikungunya en el caribe francés, en la isla San Martin, e increíblemente fue un virus que se diseminó muy bien por todas las Américas, donde encontró una población susceptible y barrió prácticamente toda la región».

Muy rápido aparecería otro virus, «que no era conocido, al menos en los diarios, aunque sí se había registrado desde la década del 40 en África: el Zika. Se sabe que a partir del año 2007 sale al Pacífico a diferentes islas, y se detectan los primeros casos en Brasil en 2015. También rápidamente se disemina por las Américas, donde tampoco había inmunidad. ¿Qué tienen en común estos tres arbovirus? Pues que son transmitidos por el mosquito del género Aedes».

Para la entrevistada, si fuésemos capaces de disminuir las densidades de este vector, seríamos capaces de controlar mejor estas tres enfermedades. «En todo este andar, no puede obviarse el virus de la fiebre amarilla,un viejo conocido, más para los cubanos, que tenemos la suerte de contar entre nuestros científicos al sabio cubano Carlos Juan Finlay, quien descubrió a su agente transmisor. Una enfermedad que tiene una buena vacuna, pero que sigue siendo un reto. Recientemente hubo reportes de un brote que costó trabajo controlar en Angola y el Congo, y más recientemente en Brasil. Estos elementos nos indican que este virus es un riesgo, y también se transmite por Aedes. Estamos hablando de que si Zika tiene la connotación de la microcefalia y síndromes neurológicos; si Chikungunya tiene un cuadro de dolores articulares y artritis prolongado de hasta dos años,siel dengue puede llegar a matar, fiebre amarilla es mucho más severa y letal. Y en todo este contexto no podemos olvidar la situación del virus Ébola,en la cual estuvo envuelta África en el año 2014 y fue un riesgo para la humanidad entera; y donde Cuba tuvouna actividad muy fuerte en la capacitación, tanto del personal cubano como extranjero,y en el enfrentamiento a este virus junto a profesionales africanos y de partes del mundo», subrayó la doctora María Guadalupe Guzmán.

Y pareciera que no existe entre cada ciudadano y esta historia un nexo más cercano. Pero no solo « las enfermedades emergentes siguen siendo uno de los temas más complejos para la región de las Américas, porque los virus están ahí, sino que además necesitamos seguir mejorando nuestra capacidad de respuesta», apunta a este diario el doctor Jairo Andrés Méndez Rico, asesor regional para enfermedades virales, del  equipo de emergencias en salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

«Llevamos yamuchos años conociendo, por ejemplo, al dengue y sin embargo siguen siendo un problema de salud pública en el cual tenemos que seguir trabajando. Se han hecho muchos esfuerzos en la región. La OPS ha apoyado planes de emergencia y respuesta, y aunque podríamos decir que estamos mejor preparados, nunca es suficiente. Uno de los retos que tenemos en estos momentos, es articularnos muy bien como país,  tener sólidas nuestras redes de laboratorio y vigilancia epidemiológica, y definitivamente aprender a trabajar como región, porque las enfermedades nos afectan a todos», expresó.

Según el virólogo, si bien los casos de  Zika a nivel regional han disminuido, «no podemos quedarnos tranquilos porque el virus sigue circulando y los efectos adversos congénitos neurológicos que genera siguen apareciendo. La sensación de que se acabó la emergencia no nos puede llevar a pensar que no nos debemos preocupar, cuando por el contrario es un buen momento para comenzar a fortalecer los procesos. Aún no tenemos vacunas, hay muchos candidatos, se están haciendo ensayos, pero es un proceso que tarda. Hay que seguir apoyándose en la vigilancia, y sobre todo en la formación de los clínicos también, para que reconozcan los casos y complementen esta vigilancia».

«En el caso de los virus que son trasmitidos por mosquitos, mientras esté presente el vector, estarán circulando. Definitivamente, y el mensaje es claro, tenemos quefortalecer planes y mecanismos de control de los vectores y ello no depende de las organizaciones o gobiernos solamente, sino que hay un componente social fundamental: el compromiso de las personas en sus casas para eliminar criaderos es fundamental. Que los ciudadanos comprendan su papel también como gestores de salud es muy importante, porque el control de los vectores empieza desde la casa», señaló.

La lección de las enfermedades emergentes y reemergentes es clara. Lleva el nombre de percepción de riesgo, y esa nos compete a todos.

 

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