Guantánamo.- El más fuerte testimonio del huracán Matthew está en las casas del municipio de Maisí, donde casi la totalidad de los inmuebles sufrieron el duro impacto del meteoro en octubre último.
En total, 3 398 viviendas fueron derrumbadas totalmente y 793 de manera parcial, mientras se dañaron íntegramente los techos de 3 152 y en parte los de 1 209. Eso es, cálculos del Consejo de Defensa Municipal mediante, casi el 98 por ciento del fondo habitacional del territorio.
Pero la restauración de los daños, proceso complejo que ya data de seis meses y tanto, cuenta con cifras que revelan un importante avance: la entrega de recursos a las 8 552 familias con afectaciones de vivienda, la recuperación de todas las dañadas de manera parcial en las cubiertas, el 98,6 por ciento de las de techo totalmente perjudicado, y el 93,6 de las destruidas de forma parcial.
También es muestra de ello la terminación de 352 viviendas, de las 906 que quedarán mucho mejor que antes gracias a la cooperación del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a través del programa Gran Misión Barrio Nuevo Tricolor, en cinco comunidades.
Los edificios que ya emergen en La Máquina, la cabecera municipal, son igualmente una prueba; como lo resultan, en los lugares de difícil acceso, la colocación de 130 de los 405 módulos para viviendas, que con un importante componente de gratuidad y múltiples facilidades de pago fue la solución para esos casos.
Antes de que concluya mayo se entregarán a personas damnificadas las primeras petrocasas en el nuevo asentamiento de Limones, en Punta de Maisí, donde hay iniciadas 37 de las 72 que lo conformarán; en tanto más allá, cerca del mar y en las proximidades del faro Concha, se va definiendo otra comunidad de moradas erigidas con esa misma tecnología que, fruto de la cooperación solidaria de la hermana Venezuela, cambiarán la vida de unas 500 de las familias que en el extremo oriental de la Isla perdieron sus casas.
Eso lo confirma Modesto Laffita Cobas, jefe de la obra en la zona de Limones: «Son casas construidas con piezas prefabricadas a base de policloruro de vinilo (PVC), que presentan en su estructura interior dos y tres habitaciones y tendrán características antisísmicas, protegidas contra el fuego, resistentes al salitre y con una temperatura interna inferior a la de las casas tradicionales del lugar».
Cuando uno escucha a un maisiense decir que con su casa rota no ha pasado nada, uno se pregunta ¿y entonces, cómo quedan ellos? Y la respuesta la da, categóricamente, Idio Gaínza Leyva, presidente de la zona de defensa de Punta de Maisí, un hombre que no solo conoce cada palmo del lugar, sino también a toda su gente:
«En algunos lugares hay familias que, con los recursos en las manos o con ofertas para obtenerlos, no tienen toda la disposición para resolver su problema. Tenemos que seguir empujando para que la gente se movilice y se dé cuenta de que ellos son los necesitados», comenta el líder comunitario.
No obstante, el diálogo con las personas a través de las organizaciones políticas y de masas , y las reuniones de rendición de cuenta de los delegados con los electores, contribuyeron a elevar la participación.
Licenciada en Español – Literatura. Periodista. Profesora Asistente. Habilitada en guión y realización de programas de TV. Editora del sitio digital de la televisión de la provincia de Guantánamo. Bloguera y activista de las Redes Sociales