Opinión: En las redes menos “voyeurs” y más sentido común (+ Video)

Guantánamo.- Cada 30 de mayo, el mundo celebra el Día de las Redes Sociales, una fecha diseñada para poner de relieve la importancia de estas plataformas digitales y sus dinámicas particulares para interconectar a sus usuarios, sin importar las fronteras geográficas que se difuminan con el accionar de estas herramientas.

Por ello rescatamos de nuestro archivo el siguiente comentario que ponemos a su disposición.

La celebración del Día de las Redes Sociales se ha convertido en una oportunidad para reflexionar sobre la forma en que estas herramientas han transformado la manera en que nos comunicamos, compartimos información y nos relacionamos en la sociedad actual. Además, sirve como plataforma para debatir los retos y oportunidades que surgen en este entorno digital en constante evolución.

Día Mundial de las Redes Sociales 2023: ¿desde cuándo y por qué se celebra el 30 de junio?

Hace algún tiempo fui testigo de un penoso incidente en las calles de mi ciudad. Un altercado, llamémoslo así, donde los implicados perdían humanidad y dignidad según se acrecentaba el problema.

Por supuesto que el desorden atrajo a un gran número de personas – que salieron yo no sé de donde – en cuestión de pocos segundos. No me detuve a conocer la naturaleza del problema en cuestión, pues entre gritos y jalones de desconocidos poco se puede sacar en claro.

Lo que si llamó poderosamente mi atención fueron los numerosos “voyeurs tecnológicos” que se multiplicaban en el sitio como si de una enfermedad contagiosa se tratara. Para que se me entienda mejor: muchos de los mirones filmaban o transmitían en vivo para Facebook u otras plataformas digitales, a mi modo de ver, denigrando la imagen propia, la de los protagonistas del penoso hecho y la de todo un país.

Y no es secreto para nadie que vivimos en una generación donde todo tiene espacio en las redes, para bien o para mal y donde un like de un extraño vale más que el sentido común propio.

Mientras me alejaba indignada y pensando que esa misma actitud, la de grabar como espectadores pasivos que disfrutan de una película, una obra de teatro o un show humorístico o lo que podría ser peor, esperando un resultado dramático o  violento que haga subir el número de likes de su perfil o canal, la adoptarían ante un accidente u otra situación donde corra peligro la vida de una persona, como sucedió recientemente en el Malecón de la Habana, donde no pocos filmaron el triste momento en el que un joven perdió la vida en la lucha contra las olas y por supuesto, lo grabaron y colgaron en Internet.

En Cuba existe una legislación vigente sobre el empleo de Internet y las redes sociales. El Decreto-Ley 35 de las telecomunicaciones, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y el uso de espectro radioeléctrico, que en su texto prohíbe la difusión de noticias falsas y la incitación a la violencia, toda vez que pone límites a los contenidos que por su carácter ofensivo atenten contra el Estado cubano y los ciudadanos.

De ahí que quienes graban accidentes, reyertas – domésticas o públicas – o incitan a la violencia, pueden – y deberían –  verse sujetos a la aplicación de este cuerpo legal.

Pero en “prever está todo el arte de salvar”, bien lo apuntó el Apóstol por lo que es esencial que se eduque a las nuevas y no tan nuevas generaciones en el uso responsable de las Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones, para que en el mismo prime el sentido común, la bondad y los contenidos que edifiquen y no los que denigren.

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