En la Frontera, la Crisis de Octubre comenzó antes

En la Frontera, la Crisis de Octubre comenzó antesGuantánamo.- Cuando comenzó la Crisis de Octubre o de los Misiles, Rafael Piquera Soa era el jefe del pequeño destacamento de combatientes del entonces Batallón de la Frontera que custodiaba la entrada terrestre a la ilegal Base Naval norteamericana en la bahía de Guantánamo.

El conflicto fue resultado de la desesperación del gobierno norteamericano por eliminar a la Revolución cubana, para lo cual la Casa Blanca concibió planes de invasión militar directa la Isla y elaboró la Operación Mangosta, plan de acciones encubiertas destinado a socavar mediante sabotajes la economía criolla y promover el descontento del pueblo.

La dirección de la Revolución aceptó la propuesta soviética de instalar misiles nucleares de alcance medio e intermedio como una contribución al fortalecimiento del campo socialista en su conjunto y, de hecho, fortalecer la defensa nacional al disuadir a los gobernantes yanquis de realizar sus designios agresivos.

Descubiertos los cohetes en la Isla, el 22 de noviembre de 1962 el presidente Kennedy hizo un agresivo discurso decretando el bloqueo naval a Cuba. Se desató la crisis.

Al decir del comandante Ernesto Che Guevara, aquellos fueron días luminosos y tristes ¿Cómo transcurrieron en la frontera?

Podemos afirmar que la Crisis de Octubre se inició para nosotros antes del 22, cuando habló el presidente norteamericano. Por qué digo esto, porque desde días antes comenzamos a apreciar un movimiento mayor que el habitual dentro de la base, indicador de que algo grande se fraguaba.

Hubo un inmediato reforzamiento de las postas que custodiaban la entrada terrestre a la base, situada en el sector este de la zona ocupada por los yanquis.

En la garita cercana, en vez de dos, había tres marines, y en la propia puerta incrementaron de tres a seis el número de centinelas. En unos pocos días levantaron dos garitas adicionales más a ambos lados de la entrada, para reforzar la vigilancia.

Igualmente incrementaron las patrullas. Las terrestres las hacían en camioneta y a pie, recorriendo de este a oeste y viceversa el perímetro, mientras los helicópteros mantenían la vigilancia y los aviones de combate hacían vuelos rasantes casi sobre nuestras posiciones. Eso fue continuamente.

Desde días previos arreciaron sus agresiones y provocaciones en contra nuestra. Aumentaron los lanzamientos de piedras y las ofensas de palabra en contra de nuestras postas, pero nunca lograron su propósito de que respondiéramos a esos actos.

¿Hubo un reforzamiento en las tropas acantonadas en la base?

Antes de desencadenarse la crisis, a la base comenzaron a llegar aviones cargados con tropas. Cerca de la puerta de entrada ubicaron un grupo de cañones sin retroceso, varios tanques y tropas de un batallón de la 2ª División de Infantería de Marina.

Después supimos que en los días de la crisis en el ilegal enclave llegaron a tener hasta 150 tanques de guerra y 120 aviones que permanecieron en estado de alerta y efectuando vuelos todos los días, así como varias instalaciones de misiles antiaéreos. Desde otras postas de nuestro Batallón también se detectaron tropas ingenieras preparando fortificaciones en la base.

Hay que señalar que el día 21 procedieron a la evacuación de los civiles que residían en ella y suspendieron el acceso de todos los trabajadores cubanos que laboraban allí.

A pesar de manifestación de agresividad y de nosotros que éramos jóvenes, yo tenía 18 años entonces, no nos amedrentamos y mantuvimos una alta moral combativa, dispuestos a cumplir hasta las últimas consecuencias la misión que nos dieran el Comandante en Jefe Fidel Castro y el entonces Ministro de las FAR, comandante Raúl Castro, de defender la soberanía y la integridad del territorio nacional en esa zona.

¿Cuáles fueron los momentos más tensos?

Como se conoce, la Crisis de Octubre tuvo los días más peligrosos entre el 22, cuando Kennedy habló de los misiles soviéticos en Cuba, hasta el 28, cuando la URSS y Estados Unidos se pusieron de acuerdo a espaldas de Cuba de retirarlos, a partir de la promesa que nuestro país no sería invadido.

En aquel momento, el comandante Calixto García Martínez, asaltante al cuartel de Bayamo el 26 de julio de 1953, expedicionario del Granma y combatiente en la Sierra Maestra, que en 1962 era jefe del Ejército Oriental, vino al Batallón de la Frontera, explicó la situación a la jefatura y transmitió las órdenes dadas por Fidel y Raúl.

Se procedió a reforzar las postas y a construir fortificaciones, tanto en el sector este como en el oeste; el primero considerado la dirección principal de un posible ataque norteamericano.

Las unidades situadas en la retaguardia hicieron las fortificaciones para establecer dos líneas de defensa que ocuparían los combatientes del Batallón en caso de una invasión yanqui desde la base. La orden para nosotros fue seguir custodiando la entrada terrestre al enclave.

En esos días, los marines intensificaron sus provocaciones y agresiones. Por las noches lanzaban bengalas, desde los helicópteros nos alumbraban con faros para molestarnos y los aviones volaban bien bajito, sobre la cerca, para impresionarnos.

Ante esa situación, alrededor del día 24 la jefatura del Batallón nos ordenó mantener en el frente solo a los compañeros que estaban prestando el servicio de guardia y seguridad en la frontera, mientras el resto se replegó alrededor de un kilómetro más atrás.

Con el tiempo conocimos que ese día se había movido una batería de misiles nucleares soviéticos desde Mayarí Arriba hacia una posición de lanzamiento cerca del poblado de Vilorio, a unos pocos kilómetros del sector oeste de la base.

En los momentos más peligrosos de la confrontación, en la noche del 26 al 27 de octubre, esa unidad se movió entonces hacia Filipinas, lista para entrar en combate.

Aunque no hubo participación directa del Batallón de la Frontera en el icidente, sí debo recordar que en la mañana del 27, en Banes, Holguín, fue derribado un avión U-2 después de sobrevolar y espiar nuestras posiciones en los alrededores de la base.

Nosotros nos mantuvimos firmes, vigilando la entrada terrestre, ecuánimes ante las agresiones y provocaciones, pero decididos a combatir en defensa de la Revolución y el pueblo, amenazados por la soberbia yanqui.

¿Cómo 55 años después aprecia la experiencia de la Crisis de Octubre en la Frontera?

Los de la Crisis de Octubre fueron días muy tensos en los que los combatientes del entonces Batallón de la Frontera con la firmeza y decisión demostradas, enriquecimos una rica tradición combativa y de fidelidad infinita a la Revolución, al Partido Comunista y al pueblo de Cuba, sintetizada ahora en la actual Brigada, Orden Antonio Maceo.

Por suerte para el mundo, el conflicto se resolvió con la retirada de los misiles nucleares soviéticos apostados en Cuba, a cambio del compromiso verbal, no escrito, del gobierno norteamericano de no agredir militarmente a nuestro país.

Por desgracia para nosotros la solución no incluyó a Cuba y fue ignorada por la dirigencia soviética el Plan de los Cinco Puntos que proponía Fidel, que incluyó la obligación norteamericana de devolver el territorio usurpado por la base naval en Guantánamo.

 

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