Elecciones Generales, reafirmación de un derecho democrático

Guantánamo.- En uso de las atribuciones conferidas, por la Constitución de la República Cuba y la Ley No. 72 de 29 de octubre de 1992, Ley Electoral, el Consejo de Estado dispuso que el venidero 11 de marzo se celebren las elecciones, en las que los ciudadanos con derecho al sufragio elegiremos por el término de cinco años, a los delegados a las Asamblea provincial del Poder Popular, y diputados al Parlamento.

El acontecimiento político y de participación popular, sin dudas, de vital importancia para los destinos cercano y futuro de la nación, se inscribe como un momento especial de reafirmación revolucionaria del pueblo a su Revolución; en el que se ratifica una vez más, el carácter democrático del sistema electoral cubano.

En ejercicio de representación y en sesiones extraordinarias, el pasado 21 de enero de 2018, los delegados de circunscripción que integran las 10 Asambleas Municipales del Poder Popular en Guantánamo decidieron las candidaturas para delegados a las Asambleas Provincial y Nacional; hombres y mujeres con inestimables méritos que resultaron nominados para ocupar los escaños de ambos Órganos de Gobierno, con más de la mitad de los votos de los presentes en dichas reuniones. Se nominaron los 75 delegados a la Asamblea Provincial y 31 diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Son los presidentes de las Comisiones Electorales Municipales los encargados de informar a la Comisión Electoral Provincial y a la Comisión Electoral Nacional los candidatos nominados para delegados provinciales y diputados, respectivamente. Asimismo, disponen lo necesario para la publicación de los datos biográficos y fotografías de los candidatos que se expondrán luego en sitios con alta concurrencia; y la confección de las boletas electorales que se utilizarán por los votantes durante la jornada de elecciones.

Finalmente en las urnas, el pueblo determinará quiénes ocuparán los cargos de las estructuras gubernamentales anteriormente citadas. Y para que así sea, cada uno de los postulados debe recibir más del 50 por ciento de los votos válidos emitidos. De ahí la importancia de que cada persona ejerza el voto de manera libre, igual y secreto, pero muy consciente, ya que los seleccionados representarán al pueblo en la toma de decisiones, y de estos saldrán los presidentes, vicepresidentes y secretarios de las Asambleas Provincial y Nacional del Poder Popular. En el caso de los diputados, determinan por el voto directo y secreto a los integrantes del Consejo de Estado y quién va a ser el Presidente del Consejo de Estado y de Ministros.

El elector puede votar por tantos candidatos como aparezcan relacionados en las boletas, escribiendo una «X» junto a sus nombres y si desea votar por todos los candidatos puede colocar una «X» en el círculo que aparece en el encabezamiento de la boleta. Es fácil advertir, entonces, que en el acto del sufragio los cubanos tenemos variantes, pero sin lugar a dudas el VOTO UNIDO lo asumimos como una estrategia que nos hace fuertes y nos consolida como nación independiente.

No se trata de un capricho, ni nada que se le parezca, votar unidos es hacer saber al mundo que Cuba sigue erguida, apostando por el perfeccionando de un proyecto social que preserva la soberanía, consolidada a lo largo de más de cien años de lucha. Un proyecto emancipador, que se identifica con la justicia social, soñado por Martí, materializado por Fidel; y el que construimos con nuestros propios esfuerzos.

El próximo 11 de marzo se activarán nuevamente los colegios electorales y las urnas estarán custodiadas por pioneros de las enseñanzas primaria y secundaria. Y de seguro, sin presión alguna, asistiremos masivamente a un elemental acto de libertad y transparencia. Públicamente serán mostrados los receptáculos antes de iniciar la jornada electoral y una vez concluida, los pobladores podrán participar en otro momento crucial dentro del proceso, cuando los integrantes de las mesas electorales efectúen el conteo de los votos de igual forma: pública; y se invita a participar en el mismo a los vecinos del barrio, o al visitante nacional o extranjero que así lo desee.

Ejercer el voto es un derecho constitucional y un deber cívico que se practica voluntariamente. Refrendémoslo en las urnas, como muestra inalienable de cubanía y ejemplo fehaciente de la plena democracia participativa que gozamos.

 

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