Mencionar el apellido Savón en Cuba nos conduce muy rápidamente al cuadrilátero, a la imagen dominante del gran Félix, triple campeón olímpico, amo y señor de los pesos pesados durante los últimos lustros del siglo XX, estelar continuador de las hazañas de Teófilo Stevenson.
La historia de Félix ha tenido continuidad en nuestros días, pues Erislandy, su sobrino, ha logrado medallas mundiales y bajo los cinco aros, manteniendo en alto el linaje de la familia. Sin embargo, probablemente ninguno de ellos pueda vencer en una carrera a Leinier, el Savón más rápido de Cuba.
Natural también de Guantánamo, como Félix y Erislandy, el velocista de 27 años comenzó desde los ocho sus aventuras en la pista, aunque no fue hasta el 2015 que saltó al estrellato con una fulgurante actuación en los Juegos Parapanamericanos de Toronto y el Campeonato Mundial de atletismo para deportistas discapacitados, efectuado en Doha, Catar.
Leinier, débil visual que compite en la categoría T12, impresionó por su vertiginoso ritmo de carrera en la lid continental canadiense, en la cual culminó como el más rápido en 100 y 200 metros, y fue segundo en el salto largo, aprovechando su explosividad con estirón de 6.62, solo superado por el tres veces subcampeón paralímpico y monarca del orbe en el 2013, ElexisGillete, de Estados Unidos.
Su línea ascendente alcanzó un peldaño superior en el Mundial de Doha, a finales del 2015, en el que nuevamente no tuvo rivales en el hectómetro y los 200 metros, con varios récords para el continente americano, lo cual lo coloca ahora, previo a los Juegos Paralímpicos de Río, ante un enorme reto en su primera incursión en la cita bajo los cinco aros.
“Debutar en las Olimpiadas, llegar después de tanto tiempo, es sin dudas un gran premio. Luché mucho por estar aquí, y ahora veo que el sacrificio no fue en vano”, nos confesó el sprinter guantanamero previo a su salida de La Habana rumbo a la urbe carioca.
“Estoy frente a una gran oportunidad, solo debo luchar por una medalla y poner el nombre de Cuba bien alto. Hemos desarrollado una excelente preparación, enfocados en subir al podio, y pienso que es un sueño al alcance de mis manos”, añadió Leinier, hombre de pocas palabras, pero quizás el Savón más rápido de la Mayor de las Antillas.