El ejemplo de Mella permanece vivo en los jóvenes cubanos 

El ejemplo de Mella permanece vivo en los jóvenes cubanos Guantánamo.- Para los cubanos Julio Antonio Mella será siempre el eterno revolucionario, de ideales marxistas, de huella imperecedera y cabal que se inscribió por siempre en la historia, en especial para las nuevas generaciones.

La impronta dejada por el excepcional líder, a 89 años de su vil asesinato en Ciudad de México, el 10 de enero de 1929, mientas cumplía exilio, se propaga. Toma forma en los estudiantes que permanecen en las aulas universitarias tras un sueño, entusiastas y emprendedores; en los obreros que desbrozan quimeras desde los  diversos puestos laborales: un laboratorio, una industria, el periódico o el surco, comprometidos y esforzados. También, en los niños, repletos de futuro por conquistar, extraordinariamente sinceros.

Como halo de luz desanda el ejemplo de Mella, marcando el camino que han de andar los jóvenes en el tiempo que les tocó vivir; congeniando la savia pródiga del talento, que ni el tiempo ni los autores de su muerte pudieron borrar.

La noche del asesinato, andaba el líder revolucionario caminando del brazo de su compañera, Tina Modotti. Sicarios por órdenes expresas del dictador de turno en la entonces neocolonia cubana Gerardo Machado, lo liquidaron a balazos. Se encontraba en aquella época en plena preparación de la expedición que lo llevaría desde México hacia Cuba para incorporarse a la lucha armada.

A casi nueve décadas del acontecimiento, Mella se refuerza como paradigma; símbolo de rebeldía, patriotismo y luchador incansable por un futuro mejor.

A pesar de su corta edad, mucho aportó a la lucha antiimperialista, fuera y dentro del país, fundó junto a Carlos Baliño el primer Partido Marxista Leninista Cubano, fue el promotor de la Universidad Popular José Martí, la Liga Antiimperialista y la Federación de Estudiantes Universitarios. Es por ello que su estirpe revolucionaria se multiplica entre quienes se integran a los centenares de programas creados por la Revolución Cubana para el progreso y bienestar social de su pueblo.

El estudio consciente de la obra del audaz muchacho debe ser sistemático lo que enriquecerá con creces el actuar de los jóvenes cubanos. Su pensamiento político y humanista propone una pauta recurrente para cualquier investigador, pero sobre todo, corresponde ser asimilado en toda su magnitud por cada revolucionario del mundo. Sus facetas como líder indiscutible, su fidelidad al amor y a la Patria hacen de Mella un hombre cercano a nuestro tiempo.

No hacen falta alas para que el símbolo estremecedor que él representa llegue hasta los atareados días de hacer cotidiano, siempre haciendo un alto para su estudio profundo.

Pasado el tiempo, su figura legendaria, con sombrero alón, sorprende a todos y se agiganta entre los que como él siempre creyeron en el expectante futuro, persistentemente mejor y posible. Su empuje apoya en cada jornada y funda corazones por una lucha verdadera contra el imperialismo.

Cuba se enorgullece de haber contado con él entre sus hijos. La insolencia del hecho fatídico perpetrado el 10 de enero de 1929, por José Magriñá, uno de los secuaces de Machado, lo desapareció físicamente; sin embargo no sirvió de mucho, puesto que su pensamiento y obra permanecen intactos entre los jóvenes cubanos y del mundo que luchan por un ideal de justicia.

Honrar, honra, y no puede ser de otra manera.

 

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