El bloqueo de los Estados Unidos causa daños incalculables al sistema de salud de Cuba, pero ante cualquier emergencia médica el Gobierno cubano asume la solución aunque sea costosa, afirmó Pedro Luis Veliz, director del Consejo Nacional de sociedades científicas de la salud.
En muchas ocasiones las personas no son conscientes de los esfuerzos que realiza el país para ofrecer de manera gratuita los servicios de salud, añadió el también presidente de la Sociedad Cubana de Medicina Intensiva y de Emergencias.
Al respecto de los daños provocados por el bloqueo, explicó que existen afectaciones de equipos de urgencias, de cuidados intensivos, de ventilación, de monitorización termodinámica, cardiovascular y neurológica, y de medicamentos, lo cual pone al sistema de salud en una situación difícil cuando hay un paciente en estado crítico
Desde el mismo inicio de ese injusto flagelo el país se ha visto imposibilitado de adquirir productos hechos en Estados Unidos, o que contengan piezas de su procedencia, según el directivo, en el país se realiza un gran esfuerzo por darles mantenimiento a los equipamientos de la salud para que tengan una mayor durabilidad, pero cuando se vence su vida útil deben ser reemplazados.
En el caso de las sociedades científicas, añadió, están asociadas a más de 180 organizaciones internacionales y debido a la imposibilidad de realizar transacciones económicas para pagar la membresía, se producen atrasos en los desembolsos y eso también es una afectación directa del bloqueo.
Sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, Veliz comentó que al pueblo aún no le ha llegado su impacto político, social y económico, pero lo que sí ha cambiado es el resurgir de la esperanza de que se elimine el cerco norteamericano.
Las pérdidas monetarias acumuladas desde el inicio del bloqueo en el año 1960 son de 2 541 millones de dólares en el sector de la Salud Pública, mientras que de abril de 2014 al mismo mes de 2015 ascendieron a 76 millones 897 734 dólares.
Sin embargo, como expresara Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, en la presentación del informe sobre la necesidad de poner fin al bloqueo, es difícil calcular su impacto social.
