Día de los niños en Cuba: felicidad y alegría por derecho propio

Guantánamo.- El  6 de julio de 1974, en acto celebrado en el Campamento de pioneros del Parque Lenin, el Comandante en Jefe Fidel Castro, durante un encuentro con una representación pioneril,  expuso la celebración del ” Día de los niños”, cada tercer domingo de julio. Por ello hoy en cada provincia,  municipio, barrio, comunidad y consejos populares de Cuba, habrá mucha alegría y disfrute para nuestros pequeños.

Este domingo será dedicado a “los que saben querer”, por ello nos queda a los adultos, regalarles a estos seres tan privilegiados, una jornada inolvidable. Hoy es también un día en que pienso en Fabián Alejandro, el pequeñín de casa que aún no sabe que vio la luz en Cuba,  un país donde los infantes, como dijera nuestro José Martí son el tesoro más valioso.

Los niños cubanos  viven un mundo donde el cariño está a flor de piel y  donde tienen la posibilidad de recibir antes y después del nacimiento todos los cuidados. Con esta aseveración exponemos que están a salvo de la Hepatitis B, el tétanos, tuberculosis, difteria, rubeola, sarampión, poliomielitis y otras enfermedades que no son preocupación alguna para la familia.

También tienen  garantizadas, sin distinción alguna,  la alimentación, la salud, la educación, el acceso a la cultura, al deporte, a la seguridad… Tienen para sí, a todo un pueblo que vela por su felicidad y el derecho a una vida plena, obra inmensa de nuestra Revolución y sus conquistas sociales.

En Cuba se ha escrito muchas obras literarias dedicadas a los niños y niñas,  por ejemplo,  La Edad de Oro,  revista donde José Martí, les ofrece, a través de cuentos, poemas y grabados,  valiosas enseñanzas de por vida. “Para los niños trabajamos, porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo”, dijo el Apóstol en el  primer número de dicha revista. Y no cabe dudas de que con esta sentencia, destacaba la valía de nuestros pequeños.

Los niños y niñas cubanos se han ganado un merecido lugar en este país que construimos, y esto se evidencia cuando salimos a la calle bien temprano y vemos la felicidad de cualquier niño camino a su escuela. La razón es que en Cuba existe la voluntad política para con estos pequeños, pues para ellos existe la paz y la tranquilidad que merecen en aras exhibir por siempre en sus rostros esa  alegría que les pertenece por derecho propio. 

 

 

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