Guantánamo.- Cuando Cuba presentó el 16 de mayo del presente año en Ginebra su informe al Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos, hizo un detallado recuento de sus logros en esta materia con énfasis en la protección a la vida, considerada como la mayor prioridad porque es a partir de allí que se pueden ejercer todas las demás garantías.
El canciller, Bruno Rodríguez, destacó todo lo que se ha alcanzado en la isla desde el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959, que cambió definitivamente el gris panorama precedente.
Aquí no hay venta ni tráfico de armas de fuego y la tasa de homicidios es significativamente baja, al contrario de lo que ocurre en lugares, lo cual convierte a esta tierra en uno de los lugares más seguros del planeta.
Y una vez más los representantes de los Estados Unidos, y unos pocos aliados suyos, trataron de tergiversar la realidad cubana, entre ellos también Freedom House, calificada como una “ONG internacional”, que sin embargo es sostenida en un 80% con fondos del gobierno de EEUU y que, desde 1941, es parte del aparato de inteligencia y propaganda del Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA… de hecho, fue presidida durante años por James Woolsey, ex director de la Agencia Central de Inteligencia.
Es realmente paradójico que justamente el gobierno que a través de su política de “tolerancia cero” separó a niños de sus padres inmigrantes, sea el líder del cuestionamiento. Imágenes, videos, testimonios desgarradores recorrieron al mundo que reaccionó de manera indignada ante tamaña crueldad y se pronunció por revertir de manera inmediata la dramática situación.
Lastima tanto ver a esos pequeños encerrados como animales, separados por rejas que dan la impresión de estar en jaulas… y hablo de más de 2 mil 340 infantes y adolescentes, solamente entre el 5 de mayo y el 9 de junio.
La primera ministra británica Theresa May, su par canadiense Justin Trudeau y el Papa Francisco, fueron de los primeros en manifestarse en contra de ese engendro que en los propios EE.UU tuvo tal reacción, que obligó al inquilino de la Casa Blanca a poner fin a la controvertida separación de las familias de inmigrantes en la frontera.
Entonces, ¿con qué moral el imperio se atreve a cuestionar a Cuba? Esa misma potencia mantiene desde hace ya casi siete décadas un inhumano bloqueo económico, comercial y financiero que ocasiona pérdidas millonarias a la economía y afecta a todos los sectores de la sociedad. La misma que ocupa de manera ilegal un pedazo de suelo cubano, en Guantánamo, con una base naval devenida en centro de torturas.
En un mundo caótico, donde pocos tienen mucho y la mayoría carece de todo, donde hay ejércitos que disparan contra civiles y países que se arrogan la facultad de lanzar “ataques preventivos” contra otros, sin importar los daños colaterales (niños, ancianos, mujeres…), donde mueren miles por enfermedades curables e imperan además la ignorancia y el hambre; esta pequeña nación contribuye también fuera de sus fronteras a salvar vidas y llevar la luz de la enseñanza a millones de desposeídos, lo cual mereció la admiración y gratitud de numerosas delegaciones presentes en Ginebra.
Aquí han llegado miles de jóvenes procedentes de varias latitudes a formarse como profesionales y luego regresan a sus lugares de origen para ofrecer lo acaudalado durante su formación, y eso incluye unos 170 estadounidenses graduados como médicos en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), quienes ejercen en barrios pobres y promueven además programas comunitarios en su territorio.
Por eso y mucho más, Cuba es ejemplo y es esperanza y nada de lo que haga o diga el principal violador de los derechos humanos a escala mundial, podrá empañar el desempeño de un país que no brinda lo que le sobra, sino que comparte lo que tiene y donde el respeto a la vida, o a lo que es lo mismo, al hombre, va acompañado de la protección de la dignidad humana, de proveer igualdad de oportunidades, y la conquista de toda la justicia.
