Guantánamo.- La pasión por el fútbol, y el desenfreno que provocan los finales en un Mundial se siguen sintiendo todavía. Una final histórica, inigualable, de locos, no apta para cardiacos, y cualquier otro calificativo que puede ocurrirse, fue la de este domingo.
Amantes o no al fútbol, todos sentimos y sufrimos con la emoción, con cada segundo en que se esperaba una victoria que todos veían segura, una victoria de Messi, más que merecida, la tercera copa de Argentina, tan anhelada, el triunfo de América toda. Pudiera decirse que el mundo entero bailó tango este domingo.
Lio, con su fútbol y su modestia, ya marcó la vida de millones.
Lágrimas, gritos, cantos… euforia total evidencian cada uno de los post publicados en las redes.
Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad de Oriente en el 2010. Periodista, editora del sitio web y miembro del equipo multimedia de Solvisión.