Guantánamo.- “La mujer cubana es privilegiada en oportunidades para la superación personal y profesional, gracias a que Fidel (Castro) entró triunfante el Primero de enero de 1959”. Así inicia el diálogo Dayamary Marín Ruiz, quien hace 10 años se desempeña como enfermera en el Hospital General Docente Dr. Agustino Neto, en la provincia de Guantánamo.
La juventud, que casi siempre viene sin la compañía de la experiencia, le hizo traer en edad temprana a su único hijo Yoangel Marín Ruiz, un joven de 21 años, integrante de las gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias, (FAR).
De los avatares y alegrías vividas para llegar a su actual profesión, nos cuenta Dayamary:
“A los 17 años sin terminar el pre universitario y con un hijo en brazos tuve la magnífica opción de incorporarme al Servicio Militar Femenino Voluntario, en el antiguo Regimiento Femenino Celia Sánchez Manduley.
“Recuerdo de esta etapa, la disciplina, el compañerismo, y en especial, que se comienza a mirar la Patria de una forma diferente, porque estás preparándote para la vida y para defender tu tierra, y ello hace amarla mucho más. A eso nos enseñó Fidel, y lo deja como legado en el concepto de Revolución”.
¿La Escuela de Cadetes?
“Graduarme como Sargento Instructor fue mi sueño anhelado en aquel entonces. Y participar en los diferentes actos realizados en 1997 por el voto unido en nuestro país y en contra del bloqueo, son hechos que me marcaron para siempre.
“Después de ser desmovilizada de las FAR, fui agente de Seguridad y Protección, hasta que reinicio los estudios en el año 2000 en la Facultad Obrera Campesina Omar Ranedo Pubillones”.
Y otra oportunidad tocó a su puerta, gracias a la genial idea del Comandante en jefe Fidel, de crear los Cursos de Superación Integral para jóvenes. Y así es como llega a la Enfermería.
¿Qué peculiaridad tiene el ejercicio de esta profesión?
“Es de mucha entrega personal y profesional. Enseña a sensibilizarte con los demás, es muy humanitaria”.
¿La mayor satisfacción como enfermera?
“Existen muchas, salvar una vida, ayudar a que nazca un nuevo ser, pero ver que un paciente se despide lleno de alegrías y rodeado de sus seres queridos, eso no tiene comparación.
Te enfrentas al terrible destino de muchos ¿Qué se siente?
“Ver morir a alguien es triste en cualquier circunstancia y en esta profesión es inevitable que ocurra, cada paciente que ves morir deja una huella imborrable y siempre queda la sensación de insatisfacción, de impotencia”.
¿Si tuvieras que escoger entre lo pasado y lo presente, en matera de profesión con cuál te quedas y ¿por qué?
“Yo no considero mi presente sin mi pasado, ser enfermera para mí es un gran reto y una gran responsabilidad, ser militar fue una escuela, si pudiera uniría mis dos profesiones un una sola”.
¿Qué esperas de una misión en el exterior?
“Ser útil a la humanidad y ser digna representante de nuestro país”.
-Eres joven cubana y guantanamera ¿Qué significa para ti?
“Orgullo”
Cuba ¿Qué es para ti?
“Es algo que no se puede describir con palabras, es como el arcoiris después de la lluvia, algo que te da fuerzas, que da esperanzas, gracias a Fidel, el eterno Comandante en Jefe”.
