Guantánamo.- El Ballet Folclórico Babul, integrante de la tríada emblemática del movimiento profesional danzario en Guantánamo, celebrará en escena su aniversario 27 hasta el sábado próximo, uno de los primeros eventos artísticos de peso en esta ciudad tras el mejoramiento epidemiológico, la desescalada de las medidas restrictivas y el gradual regreso a la nueva normalidad.
Una red de céntricas instituciones acogerá el programa de la temporada, que arranca esta mañana en la Casa de la Cultura de la urbe con un coloquio sobre magisterio artístico, donde intervendrán maestros de la Escuela Provincial de Danza y de otras disciplinas, en tanto en la tarde se activará el espacio UNEAC-Escena, para halagar al Ballet Babul desde la casona de los intelectuales y artistas locales.
Las restantes jornadas serán de espectáculos: el jueves la compañía anfitriona compartirá con su homóloga Danza Fragmentada, en la sede de esta última; el viernes junto ese elenco estarán también Danza Libre y alumnos de la manifestación, en el espacio Bajo la Ceiba del Parque José Martí, y el sábado la clausura volverá a reunir lo más representativo de ese arte en la provincia, en el Teatro Guaso.
En esa misma sala principal de espectáculos la cartelera del día de cierre incluirá, pero en horario matutino, un prometedor taller sobre técnica aplicada al folclore, que impartirá la primera bailarina y regisseur Naida Rubio, y en la tarde habrá además allí sesión evaluativa para bailarines en formación.
Según los organizadores, con respecto a las usuales temporadas de cumpleaños de Babul -de apretada agenda y figuras y conjuntos invitados de otras regiones del país-, esta será una cita más sencilla por la bioseguridad, pero igual de colorida, con la misma calidad y repertorio coreográfico que abarcará tanto clásicos como recientes piezas de las tres agrupaciones insignias de la danza guantanamera.
Fundado en esta urbe en 1994 y dirigido por el maestro Ernesto Llewellyn, el Ballet Folclórico Babul sobresale entre lo más prestigioso del desarrollo danzario local, ha representado a Cuba en diversos escenarios del mundo, y exhibe lauros de festivales de la nación, del público y especialistas, y un amplio y vibrante catálogo de obras músico-danzarias del folclore criollo y del Caribe.
En toda su trayectoria esta compañía ha sido fiel defensora de la influencia cultural que inmigrantes anglo-caribeños y franco-haitianos ejercieron en la identidad de la región más oriental de Cuba, un rico legado del que hace gala en sus presentaciones, y que espera ávido el público en cada temporada anual, donde aflora lo mejor del ritmo color ébano de sus bailarines y músicos.
La agrupación debutó hace 27 años, los días 17 y 18 de noviembre, con un programa de gran fuerza escénica bautizado con el nombre del colectivo, “Babul”, y el actual capítulo se denominará Bailando por la Vida, e incluirá la reposición de su más reciente espectáculo, “Ébano”, que al decir de expertos resume el estilo creativo de su director, y el quehacer artístico del grupo.
Habitualmente han asistido a su temporada de cumpleaños notables personalidades, entre ellas las primeras bailarinas Silvina Fabars y Zenaida Armenteros, Premios Nacionales de Danza, y diplomáticos de África y el Caribe, como la embajadora trinitense Jennifer Jones Kernahan, quien ha participado en varias ocasiones en representación del CARICOM.
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