Guantánamo.- Similar al Edén descrito en los textos bíblicos son por su belleza los singulares paisajes de la zona más intrincada del macizo Sagua-Baracoa que forman parte de la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa.
Allí, en uno de los parajes más inhóspito de Cuba, un grupo de investigadores labora en la preservación de los valores naturales de una región que bien hubiera cautivado al mismísimo Steven Spielberg para filmar su saga de Parque Jurasico.
Guantánamo, provincia con una contrastante geografía, posee alrededor del 75, 5 por ciento de su territorio cubierto por montañas, donde se combinan variedades de rocas y condiciones climáticas que favorecen una alta diversidad de paisajes, formaciones vegetales y una amplia gama de especies en su flora y fauna.
Es precisamente en el grupo montañoso Sagua-Baracoa, compartiendo territorio de las provincias de Holguín y mayoritariamente de Guantánamo, donde se encuentra la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa, con un área total de 208 mil 305 hectáreas, posee los mayores niveles de endemismo de la flora y la fauna de Cuba y el Caribe insular.
En este nororiental territorio ocurren los mayores registros de pluviosidad del país, con niveles de precipitaciones cercanos a los 4 mil milímetros anuales; se encuentra además la mayor red hidrográfica de la Isla y el más grande reservorio de agua pura del Caribe, lo que convierta a esta Reserva de la Biosfera en una impresionante fábrica del preciado líquido.
Por sus valores Cuchillas del Toa fue declarada en 1987 por la UNESCO Reserva de la Biosfera, categoría internacional que persigue la conservación y protección de la diversidad biológica y el uso sostenible de sus recursos naturales.
Ocupando la mayor parte del territorio de la Reserva se encuentra el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, principalísima área protegida, con una extensión de 70 mil 680 hectáreas, declarado Patrimonio de la Humanidad, y que tiene el más alto grado de endemismo, biodiversidad y estado de conservación del país, zona a la que también se le llama: los pulmones de Cuba.
La región, tanto en sus áreas terrestres como marinas constituyen el último refugio para especies endémicas de plantas como el Pinus Cubensis, la Palma Pajua o el Cupey Peludo, y animales como el Manatí, la ranita Iberia y el Almiquí cubano. Razón para el despliegue de una gran actividad científica dedicada a la preservación y convivencia armónica con este patrimonio.
En la actualidad importantes acciones están dirigidas a la restauración de bosques y sus ecosistemas dañados por diferentes concesiones mineras, se han identificado y se le da tratamiento a las hectáreas con graves problemas de degradación.
La casi anónima labor de los trabajadores del Parque aumenta los viveros, con mayor producción y diversidad de posturas de frutales y forestales que son de gran interés económico como el ocuje, la yaba, el najesí, la majagua y la uva caleta. También disminuyen las afectaciones por la invasión de especies nocivas de la flora y se trabaja además con especies como la ácana, el azulejo, el incienso y la jubilla, todas bajo la categoría de: Amenaza de Extinción.
La zona es el único lugar del planeta donde vive y pueden realizarse avistamientos del Almiquí cubano (Solenodon cubanus).
Enamorados y convencidos de su misión trabajan los hombres y mujeres que cuidan de las Cuchillas del Toa, allí se encuentra un verdadero Paraíso, al que debemos admirar y cuidar.
Licenciada en Español – Literatura. Periodista. Profesora Asistente. Habilitada en guión y realización de programas de TV. Editora del sitio digital de la televisión de la provincia de Guantánamo. Bloguera y activista de las Redes Sociales