Guantánamo.- ¿Ola de calor en Cuba? La pregunta, que se convirtió en afirmación, se multiplicaba en cada rincón de Guantánamo e incluso en otras zonas de la geografía del país… Y confieso, que tal vez por aquello de la repetición, me alarmé un poco.
Estaba inmersa en el seguimiento a los debates de los diputados al Parlamento sobre la Reforma Constitucional, además de la actuación de los atletas del Guaso, y del resto de Cuba, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla. A pesar de no haber escuchado ni leído nada al respecto en los diferentes medios informativos, me aventuré a responder a los preocupados: “¿aquí?, ¡no me parece!”
De inmediato me di a la tarea de buscar la información porque, a pesar de que no soy especialista en temas meteorológicos, sí se que la condición insular de nuestro país nos beneficia para impedir la ocurrencia de eventos extremos como este, pues la brisa marina actúa como especie de barrera refrescante.
No obstante, como el cambio climático (con el hombre como su principal causante), y sus devastadores efectos a la vida del planeta es un hecho del que tampoco aquí escapamos, me dediqué a indagar porque oiga, una ola de calor puede causar hasta la muerte, principalmente de ancianos y niños. El cuerpo lucha por enfriarse, desprende sudor y esto aumenta el riesgo de graves daños en los organismos vitales, fatigas, estrés, deshidratación, patologías crónicas, dolores de cabeza, delirios y un paro total corporal…
Ahora mismo la Agencia de Gestión de Incendios y Desastres de Japón reportó 80 muertos y más de 22 mil personas que han requerido de atención hospitalaria, debido a una ola de calor que afecta a ese país desde mediados del presente mes. Es la cifra más alta de afectados por eventos de ese tipo en los últimos diez años en esa nación donde las temperaturas oscilan entre los 35ºC y los 41ºC en la sombra y una humedad superior al 80%.
Por fortuna encontré las explicaciones que el Doctor en Ciencias Ramón Pérez Suárez, investigador del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, dio a Granma donde aclaró que ese concepto no solo depende del comportamiento de las temperaturas, sino del impacto que ocasionan, de ahí que los servicios meteorológicos nacionales definan sus propios umbrales de esa variable para categorizar un proceso de altas temperaturas como ola de calor y, a mi consideración anterior sobre nuestra privilegiada condición de isla, también nos beneficiamos del refrescamiento de la atmósfera causado por las típicas lluvias de las tardes veraniegas, de alta consideración para evitar un hecho similar.
Pero aquí, como cada verano, las temperaturas sofocantes son el centro de las conversaciones en el hogar, la calle, centro de trabajo donde se afirma categóricamente que el calor actual supera con creces los de años anteriores, sin embargo, el especialista explicó que en junio no hubo ningún record de temperatura máxima absoluta, mientras la media mensual estuvo muy cerca de la norma con una anomalía de 0,2 grados Celsius por debajo de la habitual. Como tampoco en las dos primeras decenas de julio hay reporte alguno de nueva primacía de máxima y el mayor registro notificado hasta esa fecha es de 37,3 grados Celsius, en Veguitas, Granma, el día 17. Vale recordar que en el séptimo mes del calendario del 2015 se establecieron once records de calor.
Entonces, a pesar de que está demostrada la tendencia hacia un clima más cálido en nuestra Cuba, echemos a un lado las especulaciones que vaticinan la ocurrencia de una ola de calor, por ahora… De momento aprovechemos las opciones para refrescar, sin olvidar las medidas higiénico sanitarias que debemos intensificar en la etapa y de cuidarnos de los penetrantes rayos solares para disfrutar también de este período que por demás, es preferencialmente vacacional.
