Miguel Díaz-Canel, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, afirmó que la economía es la batalla fundamental no solo por el recrudecimiento del bloqueo, sino porque el país no renunciará jamás a la aspiración de que esta sea próspera y sostenible.
Al clausurar el VIII Congreso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) en presencia de Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el mandatario ratificó que la nación necesita de sus profesionales del sector para llevar adelante dicha tarea en la cual aseguró son protagonistas.
Díaz-Canel señaló que de la misma manera en que se enfrenta la unilateral política norteamericana, es preciso esforzarse en identificar y destrabar los obstáculos que algunos suelen llamar el “bloqueo interno”.
Insistió en que cuando se dice Somos Cuba, Somos Continuidad no se trata de una consigna vacía, sino de reafirmar el compromiso de buscar, desarrollar y aplicar cuanta iniciativa genere el pueblo para evitar el regreso de carencias y dificultades.
El reto es integrar a todos los actores y formas de propiedad y gestión presentes en el entorno económico y social, incrementar las fuentes renovables de energía y las exportaciones, hacer más eficientes los procesos inversionistas, cortar cadenas de impagos, fortalecer la capacidad negociadora y modernizar el sistema bancario, expresó.
Según Díaz-Canel, los temas abordados en el Congreso constituyen una hoja de ruta para el trabajo y aseveró que las propuestas serán escuchadas.
Contamos con ustedes, los necesitamos participando activamente en la conformación de los planes de la economía para 2020 en empresas y territorios, aportando a la preparación de los presidentes de los consejos populares y otros funcionarios a nivel local, apoyando a los gobiernos en los proyectos de desarrollo local y en la eficiencia del sector presupuestado, dijo el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Manifestó que no son inútiles los esfuerzos ni la resistencia, e insistió en la urgencia de despojarse de la inercia, la indolencia, las trabas, la burocracia, la falta de sensibilidad y la chapucería.
Nos esperan tiempos de lucha, sentenció, pero también de esperanza, de conquistas y de victorias.