En la llamada “meta 90-90-90” de Naciones Unidas frente al SIDA, Cuba es el país más avanzado de América Latina. Es la primera nación que logró eliminar la transmisión materno-infantil del VIH y uno de los que desarrolla una vacuna terapéutica, la Teravac, en fase de prueba con seres humanos.
Para el año 2030 se pretende erradicar la epidemia de Sida en el mundo, de acuerdo con los objetivos de la Junta Coordinadora del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), en tanto Cuba, en calidad de firmante de estos, adoptó la estrategia denominada 90-90-90.
Tal meta debe cumplirse en el año 2020, por lo cual en la mayor de las Antillas se busca que para esa fecha el 90 por ciento de las personas con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) conozca su estado serológico; y de ellas, el 90 por ciento reciba tratamiento médico en aras de reducir la posibilidad de que el virus se replique.
Pero el propósito de este plan es mucho más ambicioso ya que persigue que el 90% del total de infectados alcance supresión viral, es decir, que la carga viral en sangre sea indetectable con menos de 20 copias por mililitro de sangre.
En el país se diagnostican anualmente alrededor de dos mil personas con VIH y esto es posible gracias a la labor del Estado cubano y del Ministerio de Salud Pública con sus respectivas instituciones.
La Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades (ProSalud), de conjunto con el Centro de prevención de las ITS-VIH/Sida, trabaja en función de erradicar la epidemia en la Isla, y para ello realiza constantemente acciones educativas y productos comunicacionales.
