Cuba brinda otro ejemplo para el mundo

Guantánamo.- La noticia no sorprende, pero halaga: Cuba, reconocida mundialmente por su modelo educativo, es además el país que tiene los mejores indicadores del planeta sobre el acceso de las niñas a la escuela.

En un informe publicado el 11 de octubre último, la campaña para el desarrollo One señaló que en la Isla digna e independiente el 99,7% de las niñas culminan la enseñanza primaria y el 86,4% la secundaria. Ejemplo para el mundo, comenzando por el primero, rico, industrializado y hegemónico.

El documento dado a conocer con motivo del Día Internacional de la Niña es una clasificación con los lugares en donde resulta más difícil a las menores obtener una educación.

Se basó en datos aportados principalmente por el Instituto de Estadística de la UNESCO. Criterios usados fueron la proporción de niñas sin plaza en escuelas primarias y secundarias, la proporción de aquellas que completan ambos niveles, el número medio de niñas que van a la escuela, las tasas de analfabetismo entre mujeres, el nivel de formación de los profesores de cada país, el número de alumnos a cargo de cada profesor o el gasto público en educación.

¿Cuáles son los peores sitios para educar a las niñas? Los países más pobres, varios de ellos incluso afectados por conflictos armados o guerras, en donde ellas ver mermar a la mitad sus posibilidades de recibir instrucción.

Entre los 10 primeros hay 9 naciones africanas (Sudán del Sur, República Centroafricana, Níger, Chad, Mali, Guinea, Burkina Faso, Liberia y Etiopía) y Afganistán.

En el caso de nuestra área geográfica, la nación peor ubicada es Haití, en el lugar 30º del listado de One. Allí menos de la mitad de las niñas terminan la escuela primaria.

Tienen en común un triste legado colonial de ignorancia, pobreza, malnutrición, insalubridad, discriminación de género y subordinación económica. En varios está la mano expoliadora de Estados Unidos.

Para muchas familias en los países en vías de desarrollo es una preocupación si es posible o no enviar a sus hijas e hijos a la escuela. En Sudán del Sur, la guerra y la violencia desplazaron a miles de personas y destruyeron muchas escuelas, en tanto en Níger está alfabetizada una de cada cinco jóvenes entre 15 y 24 años.

Hay muchas partes en donde se espera que las adolescentes trabajen o se casen. En Etiopía dos de cada cinco niñas se casan antes de cumplir los 18 años, en Burkina Faso apenas el 1% de las adolescentes concluye la educación secundaria y en Afganistán hay muchos más niños que niñas en las escuelas, además de existir una amplia brecha en su instrucción.

La presidenta de la campaña One, Gayle Smith, aseguró que más de 130 millones de niñas aún están fuera de la escuela, evidencia incuestionable de una “crisis global que perpetúa la pobreza”.

No es la situación de Cuba, en donde hay una política gubernamental que garantiza tanto el derecho a la educación como la igualdad de género en el tema. La Constitución prohíbe el trabajo infantil, así como subraya que la enseñanza es función del Estado y es gratuita.

En las escuelas cubanas las prioridades son el perfeccionamiento continuo de los programas de clases para dar cada vez más calidad a la educación, la atención diferenciada a los alumnos menos dotados, la continuidad de estudios y los aseguramientos materiales requeridos. Son temas preferentes también en las instituciones homólogas de los países desarrollados.

¿Cómo es posible? Lo explica un reciente informe del Banco Mundial que clasifica a Cuba en el primer puesto en cuanto a la inversión en el sistema educativo para el período 2009-2013. Fue cerca del 13% del PIB. Ningún país del mundo igualó a la Isla del Caribe. A guisa de comparación, Estados Unidos en el lapso invirtió apenas el 5,4%, o sea dos veces menos.

En el presupuesto aprobado por el Gobierno cubano para el 2017 designó para la educación el 23% del gasto, que equivale al 9% del PIB a precios corrientes.

Recordar que el elogio del BM no es un regalo. La sociedad socialista imperante en la nación caribeña preconiza todo lo contrario a las políticas impuestas por esta organización, integrada por cerca de 200 países pero en la que el cantante principal es Estados Unidos.

Por su parte la UNESCO reconoce a la Isla como la nación latinoamericana con las más altas tasas de alfabetización (99,8%) y escolarización (99,7%), además de situarla en el primer puesto del sub-continente en todas las asignaturas.

El organismo internacional subraya que un alumno cubano, niño o niña, dispone como promedio el doble de más conocimientos y competencias que un homólogo latinoamericano.

Y todo eso a pesar del criminal bloqueo yanqui que el arrogante #unpresidented Trump pretende recrudecer.

 

 

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