Un total de 906.15 kilogramos de drogas fueron asegurados en Cuba durante 2015 por concepto de recalo, informó en La Habana el Coronel Juan Carlos Poey, jefe de la Dirección Nacional Antidrogas del Ministerio del Interior.
Poey aseveró que esa cantidad -el 72 por ciento de lo incautado en el país durante el pasado calendario- correspondió en su mayoría a la marihuana (700.39 kg), aunque también hubo casos de cocaína (181.76 kg) y aceite de hachís (24,0 kg).
El propio año se “operaron” unos 178 casos de cultivo de marihuana, con la ocupación de plantas y semillas, afirmó el Coronel al comparecer en el programa de la televisión Mesa Redonda, que este martes abordó aspectos relacionados con la situación de la mayor de las Antillas en el combate al flagelo.
Poey también informó que en 2015 fueron capturados por fuerzas de las Tropas Guarda Fronteras, tres extranjeros que ingresaron en aguas cubanas portando estupefacientes para su introducción ilícita al territorio.
Además de la actualización operativa, en el espacio televisivo también se analizaron aspectos relacionados con la repercusión de esas sustancias nocivas en la juventud, que comienza a consumir las llamadas drogas blandas o porteras (alcohol y tabaco) desde edades cada vez más tempranas.
Yuniasky Crespo, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, comentó acerca de las estrategias de esa organización para promover el rechazo a las drogas, así como también en el enfrentamiento al flagelo desde cada una de las estructuras.
Estudios realizados por centros de investigación referentes a la juventud, apuntan a que desde el seno de la propia familia se motiva el inicio del consumo del alcohol por los más jóvenes, además de los espacios festivos.
En el caso del tabaco, se empieza a consumir entre los 11 y 13 años de edad, apuntó la funcionaria, quien a la vez llamó la atención en que el 70 por ciento de los “ingresos” percibidos por los jóvenes lo destinan a la compra de tabaco y alcohol.
Crespo mencionó que, en ese sentido, la organización se enfoca en la preparación de dirigentes, la orientación a jóvenes campesinos para prevenir el cultivo de la marihuana, además de propiciar espacios de recreación sana para ese grupo etario.
También desde la enseñanza primaria y secundaria reflexionó la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, quien se refirió a la labor eminentemente pedagógica y diferenciada, enfocada hacia la prevención del consumo de estupefacientes por los educandos.
La preparación a directivos y maestros, la constante interacción con la familia y la labor conjunta con actores de la comunidad, despuntan entre las acciones del sistema educativo cubano para eliminar ese tipo de manifestaciones en los más jóvenes.
Según la titular, las investigaciones han arrojado que las familias de donde proceden los estudiantes que han incurrido en hechos de consumo de drogas tienen un nivel socioeconómico entre medio y alto.
También presente en el espacio televisivo, María Esther Reus, ministra de Justicia, aseguró que Cuba cuenta con una legislación que asegura y da cobertura legal a estas conductas, además de contemplarse en el Código Penal severas sanciones para quienes cometen el delito de tráfico y otras actividades asociadas.
Igualmente, la nación caribeña se inserta en la cooperación internacional, clave para enfrentar el flagelo, al poseer acuerdos gubernamentales de Operación Antidroga con 46 países e intercambiar información operacional con 69.